La Ruta del Hilo Rojo:Poemas de Amor, Dolor y Esperanza

Luna de Miedos y Esperanza

En la penumbra de la noche eterna, 
donde los silencios gritan sin cesar, 
la luna se alza, fría y distante, 
testigo mudo de mi angustia y pesar. 
Su luz, débil y tenue, se filtra 
a través de las cortinas de mi mente, 
mientras el miedo, oscuro y denso, 
se arrastra y se desliza lentamente.

En su fulgor plateado, el miedo se revela, 
un fantasma que danza en las sombras, 
susurrando dudas en el viento helado, 
como un eco lejano que se repite sin fin. 
Se sienta junto a mi cama, 
con ojos que reflejan mi propia ansiedad, 
envolviéndome en un abrazo sin calor, 
que hiela el corazón y paraliza la voluntad.

La luna observa desde su trono celeste, 
con un brillo que apenas consuela, 
pues el miedo no conoce la luz, 
ni siquiera la luz de su pálida cara. 
Se alimenta de los "qué pasará" y "si no lo logro", 
de los susurros que se arrastran en la oscuridad, 
y se fortalece con cada paso atrás, 
con cada sombra que se cierne sobre mi realidad.

Pero en esta noche interminable, 
donde el miedo se cierne como una nube, 
hay una chispa que se niega a extinguirse, 
una llama que persiste en la inmensidad. 
Es la esperanza, pequeña y frágil, 
que se aferra a la luz de la luna, 
que resiste la oscuridad que todo lo invade, 
y me susurra que no todo está perdido.

La luna, con su brillo distante, 
me recuerda que el miedo es una ilusión, 
un espejismo que mi mente crea, 
para protegerme de lo desconocido. 
Cada rayo de su luz, aunque tenue, 
se convierte en un faro en la niebla, 
una guía en la oscuridad que me invita 
a enfrentar el miedo, a desafiar el abismo.

A pesar de las sombras que me rodean, 
sé que puedo avanzar, que puedo seguir, 
porque el miedo, aunque poderoso, 
no puede apagar la luz que llevamos dentro. 
Y mientras la luna vigila desde el cielo, 
yo doy un paso más hacia la claridad, 
hacia la promesa de un nuevo amanecer, 
donde el miedo se disolverá en la luz 
y encontraré mi fuerza, mi verdad.