"Ojitos bonitos"
Cafetería del hospital
Alonso y Franco se sientan en una mesa pequeña de la cafetería del hospital. Alonso, con una sonrisa que no llega a sus ojos, comienza a interrogar a Franco.
– Así que... piloto de carreras, ¿eh? Seguro que eres un experto en tomar curvas peligrosas... y en manejar situaciones difíciles. –
–Sí, señor Alonso, en la pista y... fuera de ella también. He aprendido a reaccionar rápido.
– ¿Ah, sí? Bueno, espero que tengas buenos reflejos porque mi hija no es cualquier curva. Y ya que estamos, ¿Cuál es tu velocidad promedio al tratar con un suegro?" –Diciéndolo con una sonrisa desafiante –
Franco, tratando de mantener la calma, responde con una sonrisa nerviosa – Intento mantener una velocidad moderada, pero siempre dispuesto a acelerar si es necesario... con respeto, claro –
Alonso, aparentando pensar en ello, responde:
– Más te vale. Y una cosa más, muchacho... ¿Cómo vas a competir con un hombre que lleva más de 20 años en su vida? – refiriéndose a si mismo.
Franco, soltando una pequeña risa, dice – Bueno, señor Alonso, puedo asegurarle que no estoy aquí para competir. Solo quiero ser un copiloto que la apoye en el camino –
Alonso, sin poder evitar una carcajada, dice:
– Copiloto, ¿eh? No está mal. Pero recuerda, en esta carrera, yo sigo siendo el jefe de equipo –
Ambos terminan riéndose, aliviando la tensión, y Alonso finalmente empieza a aceptar a Franco, aunque siguió lanzándole alguna que otra advertencia disfrazada de broma.
Un par de horas después en la habitación de hospital, donde Alice y Franco estaban dormidos en la misma camilla, ella recostada sobre su hombro. La luz tenue de la noche los cubría, creando un ambiente tranquilo. Una enfermera entra discretamente y se acerca a Franco, tocándole suavemente el hombro para despertarlo.
– Disculpe, joven, pero el horario de visita ya terminó. Tendrá que irse. Ella estará bien, está bajo observación, y mañana temprano veremos si puede irse a casa. –
Franco, todavía algo somnoliento, asiente. Con cuidado, se desliza de la camilla para no despertar a Alice, quien sigue dormida profundamente. La mira con ternura, le da un suave beso en la frente y sale de la habitación.
A la mañana siguiente, el médico entra a la habitación de Alice. Ella ya se estaba despierta, esperando ansiosamente noticias sobre su estado.
– Buenos días, Alice. Aquí tienes los resultados. Todo está en orden, pero te voy a recetar algunos medicamentos para que te relajes. No te excedas con ellos y trata de tomarte las cosas con más calma, ¿de acuerdo?
Alice asiente, agradecida, aunque todavía algo abrumada por lo ocurrido.
Horas después, Alice, ya en su casa. se encuentra en su cama, hablando por teléfono con su amiga Alexandra, quien ha estado preocupada por ella.
– Sí, Alex, lo sé... te lo juro, no sabía que las cosas se iban a poner tan mal. Me prohibieron usar el teléfono por unas horas, así que no pude llamarte antes. –
Mientras Alice sigue hablando, Franco aparece en la puerta de la habitación. Se recuesta sobre el marco, con una sonrisa en el rostro, escondiendo algo detrás de su espalda. Decide esperar a que Alice termine su llamada, observándola con cariño.
Finalmente, Alice se despide de Alexandra y cuelga el teléfono. Al volverse, se sorprende al ver a Franco en la puerta.
– ¿Puedo pasar? –
Alice asiente con una sonrisa.
Franco avanza hacia ella, revelando un hermoso ramo de flores. Se acerca rápidamente a la cama y se lo entrega, dejando un suave beso en sus labios.
– Cada día estás mas hermosa, mas hermosa que estas flores – se sienta a un lado de la cama –
– ¡Basta! me harás llorar – le dice ella cubriendo su rostro – ¡Ah! ¿una cartita? ¿Qué dice? –
– No la leas, vas a llorar si la lees – trata de quitarse la de las manos –
Alice, decidida, se acomoda en la cama y deja las flores a un costado, sacando la pequeña carta.
—La leeré —dice con determinación, abriendo el sobre.
Lee en voz alta: "Siempre quiero ver brillando esos ojitos bonitos que tienes."
Al levantar la mirada hacia Franco, sus ojos se llenan de lágrimas. El amor y la ternura en sus palabras la conmovieron profundamente.
Franco, notando su reacción, se acerca rápidamente a ella, abrazándola con fuerza.
—Estoy aquí para todo lo que necesites, Amor —le susurra al oído, acariciándole suavemente la espalda.
~♡Espero que les esté gustando, besoss
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Mi Lugar Seguro | Franco Colapinto
RomanceAlice, una chica que lo tiene todo "niña rica" tal vez un poco diferente a las demás o a las típicas chicas ricas. Inteligente y trabajadora, que se ha sabido ganar las cosas. Por culpa de un amor pasado se ha vuelto fria y a dejado el amor en un se...