18

372 29 3
                                    

 "Laps and... Pizzas"

Después del reto que tuvo que pasar en el gran premio de Singapur y demostrar su competitividad y lo capaz que puede ser, era hora de volver a casa. El cansancio lo invadía cuando aterrizó en Madrid, pero apenas vio a Alice esperándolo en el aeropuerto, algo en su interior se iluminó. Singapur había sido un reto, más difícil de lo que esperaba, pero lo que más ansiaba en ese momento era sentir la normalidad de su vida con Alice.

—¿Cómo fue el vuelo? —preguntó ella, dándole un abrazo cálido mientras salían del aeropuerto.

—Largo, pero pensar en verte me ayudó a soportarlo —respondió Franco, dejando escapar una sonrisa cansada. Aunque estaba agotado, tenerla a su lado lo hacía sentir en paz.

Ya en casa, la tranquilidad los envolvió. Franco se dejó caer en el sofá mientras Alice ponía las llaves en la mesa.

—¿Y cómo te sientes después de la carrera? —preguntó ella, sentándose a su lado y mirándolo con interés.

Franco suspiró y se frotó los ojos. —Mejor de lo que pensé. Singapur fue... complicado. Pero creo que podría haber hecho más. Tengo que mejorar para las próximas carreras.

Alice lo observó en silencio, notando la presión que empezaba a pesar sobre sus hombros. —Lo estás haciendo increíble. Nadie espera que seas perfecto desde el primer día  —

Franco se quedó en silencio unos segundos antes de responder. —Lo sé, pero a veces siento que si no sigo demostrando mi valía, todo podría acabarse antes de lo que imagino.

Alice se inclinó hacia él, tomando su mano. —No pienses en eso ahora. Estás aquí, lo estás haciendo, y yo estoy orgullosa de ti.

Franco la miró, sintiendo cómo sus palabras calmaban la tormenta que había sentido en su interior. —Gracias, amor. y cuéntame, ¿como estuvo tu semana? 

Ella se levanta del sofá y camina hacia la cocina. — Pues bien, todo en su normalidad ¿Quieres pizza? — 

Franco se levanta y camina hacia la cocina con ella. — ¿Compraremos?

— No, la haré —  saca los implementos y se coloca un delantal. — Había hecho la masa antes de salir —

—  Bueno ¿Qué hago primero? puedo amasar la masa  —

—¡Perfecto! —Alice ya estaba caminando hacia la cocina, sacando ingredientes y llenando la mesa con harina, salsa de tomate y una variedad de toppings—. Vamos a hacer la mejor pizza que hayas probado.

Franco se unió a ella, remangándose la camisa. Aunque normalmente prefería no cocinar, sabía que ella  lo hacia con la intención de relajarse y compartir un momento agradable. Juntos comenzaron a amasar la masa.

—¿Así está bien? —preguntó Franco, observando la bola de masa que había hecho, intentando no desparramar harina por toda la cocina.

Alice lo observó divertida, su rostro lleno de ternura. —Bueno, es... algo. Pero tranquilo, yo te ayudo.

Ambos rieron mientras Alice lo ayudaba a mejorar su técnica. La atmósfera era ligera, libre de las preocupaciones de las carreras y las expectativas. En ese momento, todo lo que importaba era la pizza y el tiempo que estaban compartiendo.

— ¿Te sientes mejor ahora? Cocinar es la mejor terapia —

Franco la miró, se quedó un rato observándola mientras ella seguía amasando la masa. —Gracias, amor. 

Ella sonrió, y volvió a su tarea de colocar los toppings sobre la pizza. —Por eso estamos haciendo pizza. Para despejarnos de las preocupaciones y disfrutar juntos.

Franco dejó el cuchillo y se acercó a Alice por detrás, rodeándola con los brazos mientras ella terminaba de poner los últimos ingredientes. —Eres mi pizza personal —dijo en tono de broma, haciendo que ambos se rieran—

Alice rió, girándose ligeramente para mirarlo. —¿Pizza personal? ¡Esa es nueva!

Terminaron de preparar la pizza, poniéndola en el horno mientras seguían charlando sobre la carrera y sus planes. A medida que el aroma a pizza casera llenaba la cocina, Franco sentía que el peso de la presión de la Fórmula 1 se desvanecía poco a poco.

La pizza ya estaba lista, humeante y con el queso derretido. Se sentaron en la mesa, sirviendo los primeros pedazos. Franco dio el primer bocado y sonrió satisfecho.

—Es la mejor pizza que he comido en mucho tiempo.

Alice lo miró divertida. —Lo dices porque la hiciste tú.

—No, lo digo porque la hicimos juntos —respondió él, mirándola con ternura—. Aunque... debo admitir que mi toque fue lo que la llevó al siguiente nivel.

Alice arqueó una ceja, juguetona. —Ah, claro. Por supuesto, el maestro pizzero ha hablado.

Franco se rió y se encogió de hombros. —Es que me estoy planteando seriamente un cambio de carrera. Dejar la Fórmula 1 y abrir mi propia pizzería, "Franco's Fast Laps... and Pizzas".

Alice se echó a reír, llevándose una mano a la cara. —¿"Fast Laps and Pizzas"? —repitió entre risas—. Eso es... eso es terrible, amor.

Franco se unió a su risa. —Oye, podrías ser mi socia. Pero eso sí, la harina es toda tuya. Yo me encargaré de la "estrategia" en la cocina.

Alice, todavía riendo, levantó su copa de vino. —Por nosotros y por tus futuros clientes, que espero tengan mejores opciones.

Franco levantó la suya, guiñándole un ojo. —Por nosotros, y por las mejores pizzas del paddock.

~~ Holiii como han estado? Un poco desaparecida pero aquí está en nuevo capítulo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~~ Holiii como han estado? Un poco desaparecida pero aquí está en nuevo capítulo. Espero y les esté gustando esta historia y me hagan saber si les gusta.

Besossss ♡


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Lugar Seguro | Franco ColapintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora