La mañana se asomaba por su ventana, los rayos del sol lastimaban sus ojos, le recordaban a aquel cabello rubio de su amado exnovio, aun no podía creer que después de tanto tiempo finalmente Lando había podido separarlos.
Aquella noche que había sido citado, se encontró con que era Hamilton el de aquel mensaje, pero todo este siendo planeado por Lando para tomarle fotos que se vieran comprometedoras, la relación de Checo y Max ya estaba pendiendo de un hilo debido a que el de rulos se había encargado de ponerlo en su contra.
Después de ese día, Max termino con él, y a los pocos días comenzó una relación con Lando, era inevitable ver como paseaban juntos desde las redes sociales, parecía que estar enamorado de el, solo usaba para poder producirle enojo a Sergio, pero lejos de eso, Checo sabia que no importaba el día, Max regresaría a su lado, él se encargaría de eso.
Se vistió con una camisa de botones color lila, aquella que Max amaba por como lo hacia lucir, resaltaba sus pechos y siempre la dejaba un poco abierta para que pudiera ver su piel sobre esta.
Checo no era fan de comprar su café pero esa mañana se dirigió a una de sus cafeterías favoritas para comprar uno antes de llegar al trabajo.
—Disculpe, creo que lo..—Corto inmediatamente cuando vio de quien se trataba.
—Bueno, ¿Quién tenemos aquí?.—Decía Lando en un tono burlón.
—No tengo tiempo para esto. — Decía mientras se dirigía a la salida, el cual era seguido por Lando.
—¿Te duele no es asi? -Soltaba mientras trataba de acorralarlo.
—¿Y por qué te preocupa tanto, Lando? —Ahora era Sergio quien lo acorralaba. —Vives preocupado por el hecho de saber donde estoy o que pienso. —Sergio se acercaba cada vez más a él.—A veces pensaría que realmente al que quieres es a mí.
Para este punto, Sergio lo había acorralado sobre la pared y con la mano que tenia libre, la paso suavemente sobre el cabello del contrario.
—¿Es acaso eso, Lando?.—Le dijo mientras bajo su mirada a sus labios y Lando hacia la misma acción.—¿Me deseas? Quiero que sepas algo, cuando beses a Max, no solo serán sus labios, serán también los míos los que estén presentes, cuando estes pensando en un futuro, porque se que lo harás, siempre estaré en el, en cada momento, en cada beso, en cada caricia, ahí estaré, esa será la única manera que podrás probarme.
Lando estaba sin respiración, sus manos temblaban y sus labios querían encontrarse con los de Checo, pero el pelinegro solamente siguió su camino, sabia la reacción que había provocado en él, no sería tan fácil dejarle el camino libre.
Por casualidad, si asi pudieses llamarle, paso por el lugar de trabajo de Max, cual fue su suerte, al ver a un muy apurado Max con su auto averiado, Checo se estaciono rápidamente con su Aston Martin, a ofrecerle su ayuda.
Cualquiera podría pensar que sería una coincidencia, pero para nada lo era, después de tantos años juntos, los amigos de Max se volvieron también los de Checo, Charles uno de los protagonistas de esta acción, había averiado el auto del rubio, llamando a Checo después del acto cometido, para que estuviera en el lugar correcto.
—Max, solo sube, llegaras tarde al lugar donde necesitas ir.—Gritaba Sergio arriba del auto, tratando de convencerlo.
—Vete Sergio, no te necesito. —Maldecía por lo bajo porque odiaba viajar en taxi.
—Solo será esta vez, se lo mucho que odias viajar con extraños. —Esto ultimo hizo que Max subiera con él, porque no era mentira, Max odiaba viajar con alguien que no conoce, era incómodo para él.