Si había una cosa que los grandes magnates nunca mantenían entre las sombras era su alcance económico. Se veía sobre todo reflejado en las grandes reuniones, las cuales se convertían en una especie de campo de batalla en el que peleaban por llevar el deportivo más caro o lucir el traje del diseñador más aclamado del momento.
Solían celebrarse en estancias inmensas, con cada rincón cubierto por detalles lujosos y techos que parecían rozar el cielo. En aquella ocasión, la interminable alfombras roja aterciopelada guiaban el camino de los presentes, encaminándose hacia el destino habitual: el gran salón. Enormes ventanales permitían la entrada a la suave luz de la tarde, la cual comenzaba a mostrar destellos naranjas del alba. Entre la multitud se podían distinguir figuras de alto renombre, como grandes diseñadores de moda o estrellas del fútbol retiradas. El champán desaparecía a ritmo vertiginoso y las conversaciones estaban plagadas de sonrisas falsas. Todo un show.
La reunión, en esta ocasión, se llevaba a cabo con motivo de un anuncio novedoso por parte de Bona, aunque en realidad era una mera excusa que los ricos utilizaban para estrechar lazos y establecer nuevos contactos entre ellos.
Juanjo, por su parte, se mantenía encerrado en su estudio tratando de ordenar los mechones rebeldes que escapaban de su cabello, suspirando y preguntándose la necesidad de todo aquello.
—Si sigues paseándote en círculo vas a hacer un agujero en el suelo —protestó Denna, sentada en su silla giratoria y limándose las uñas con concentración—. Has hecho esto mil veces, ya sabes cómo va.
—Pero eso no lo hace más fácil.
—Por lo menos Martin estará a tu lado en todo momento.
—Ese es precisamente el problema, Denna.
A Juanjo le gustaba mantenerse apartado. Al margen. Siempre procuraba pasar desapercibido y evitar conversaciones indeseadas. Pero Martin era otra historia... Evento que asistía, evento que protagonizaba. Acaparaba todas las miradas sin siquiera un mínimo esfuerzo, brillando de manera inexplicable y deslumbrando a todo aquel que se cruzara a su paso.
Eran polos opuestos. El yin y el yan. Tal vez por esto Juanjo había sido tan escéptico con su posible alianza. Parecía imposible que lograran compenetrarse. Martin era luz; Juanjo era oscuridad. Su unión era, ciertamente, un eclipse solar.
—¿Todavía tienes dudas? —preguntó Denna cautelosamente.
—Me resulta inevitable no tenerlas. Él es... diferente. No sé si el mundo querrá vernos juntos. Somos demasiado. —suspiró, anudando con parsimonia la corbata color vino que había escogido para la ocasión—. Tiendo a desconfiar, ya lo sabes. Es mi naturaleza.
—Aun así, dudo que hubieras aceptado su apoyo si ya hubiese traicionado tu confianza.
—Es cierto que todavía no ha dado indicios de falsedad, pero me asusta que pueda traicionarme. Y me asusta todavía más cómo pueda percibir esto la gente de ahí afuera. Estaremos en el punto de mira.
—Es arriesgado, pero demasiado necesario. Lo que tenga que venir, vendrá. Y le haremos frente todos juntos, como siempre. —se levantó de la silla y agarró su Birkin granate—. Ahora pon esa cara tuya de empresario multimillonario y sal ahí a comerte el mundo.
Juanjo suspiró pesadamente, terminó de acomodarse su corbata con un brusco movimiento y se encaminó al exterior. Las luces procedentes de la gigantesca lámpara que colgaba del techo en el centro de la estancia le deslumbraron nada más pisar el salón. Envuelto en una marea de gente ataviada con vestimentas ostentosas, trató de asomar la cabeza por encima de la multitud con intención de divisar a su socio, el cual no parecía haber hecho acto de presencia por el momento.
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contador de mentiras
FanfictionEn un mundo donde las mentiras son el pan de cada día, Juanjo Bona, un magnate multimillonario con un infalible talento para detectar engaños, ha construido su imperio a base de una sola regla: tres mentiras y estás fuera. Pero cuando una amenaza i...