Capítulo 11

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Llegué tan rápido a mi dormitorio como mis pies me permitieron. Estaba oscuro mientras atravesaba el pasillo y hacía frío, pero no me importaba. Cuando por fin mi cuerpo estuvo en la habitación, cerré la puerta y mi corazón se paralizó en mi interior.

Me había dejado libre... Mihawk me había liberado de la noche de bodas y no abusó de mí.

¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Cuál es su propósito en todo esto? Debía haber algo más profundo en la mente del cazador de piratas...

Mi espalda se separó de la puerta y fui enseguida al escritorio. Allí noté dos cosas: que mi piel estaba transpirada y que alguien me llevó una jarra llena de vino con una copa para que la tuviera a mi completa disposición.

Rellené la copa con el oloroso vino. Era rojo, justo como el que Mihawk bebía, y le di un trago. Tosí un poco y miré la copa, el vino tenía un toque ácido y amargo de la fermentación del alcohol al final de cada trago. Pero lo necesitaba...

Necesitaba evadirme de este horrible día. Borrar mi memoria con este líquido. Todos lo hacían en algún momento de su vida.

Recordaba a mis compañeras de escuela hacerlo. Yo nunca caí en ello. También entrenadas para ser las esposas perfectas para quienes quisieran pagar el precio. Yo nunca sucumbí... hasta ahora.

Porque quiero perder un poco el control.

Me llevé la jarra y el vaso a la cama, subiéndome y sentándome en el centro de esta. Un leve mareo invadió mi cerebro. Supongo que el no haber comido casi nada influía en mi estado de embriaguez...

Cosa que llevaba a preguntarme... ¿Quién era de verdad Mihawk?

Estoy... estoy comenzando a pensar que... él es realmente bueno...

No ha querido...

Yo... o yo, tal vez...

¿Le parezco fea?

Maldita sea, ¿Qué estoy pensando? Debería estar agradecida por sus malditas decisiones, nada más.

Me tumbé de golpe en la cama hacia atrás, haciendo que mi cabeza rebotara contra el colchón, observando los doseles de la cama.

Es...

Él se está volviendo como una melodía que se mete en la cabeza...

Abrí los ojos más inmediatamente y sentí las mejillas arder. No. Nunca me conformaré con lo mínimo. Quiero respuestas, regalos, adoración... reciprocidad. Mihawk me ha dado mucho, así que puede dar más. Iba a saber lo que pensaba, si eso no significaba la muerte para mí.

Me quité su bata (porque me había puesto SU bata...) y la eché al suelo, tapándome con las sábanas y hundiéndome en el colchón. Su olor aún invadía mi cuerpo y mi tonto camisón nupcial...

Estaba en mi cama, en mi propia habitación, segura, pensando en su olor e imaginando sus ojos amarillos...

___, necesitas dormir. Que no se te cruce ningún tipo de pensamiento.

Mañana te arrepentirás de esto...

Al día siguiente

Estaba en la mesa del comedor, leyendo el periódico mientras Perona servía ese día el desayuno. Era como cualquier día normal en mi vida, aunque Kuraigana parecía un poco más brillante con la salida del sol.

Tomé el té de hibisco recién hecho mientras pasaba de página. La noticia que vi hizo que abriera un poco más mis ojos.

"El Shichibukai Dracule Mihawk contrae nupcias con lady ___ Lehane"

Dejé la taza de té en su plato y observé la foto de archivo que tenían de ___. Yo no tenía ninguna foto suya.

Acaricié su rostro en el papel levemente con el dorso de mis dedos. Soñaba con hacerlo algún día de forma real, y que los dos diéramos nuestro consentimiento; que ___ me mirara con ojos de amor como el que yo sentía en mi interior...

—¡Fufu~! ___ sale muy bella en esa foto, ¿No crees? —Perona revoloteó por mi alrededor con una sonrisita ladina. Me dio tiempo a retirar mi gesto y a doblar el periódico antes de que me descubriera.

—Perona, ¿Has terminado de servir el desayuno?

—¡Hm! No me cambies de tema, estás que te mueres por sus huesos, ¿O me equivoco?~

Guardé el periódico para conservar la foto de ___ en mi dormitorio, cuando escuché aquellos pasos que ya eran característicos para mí.

Me giré al notar la presencia de ___ en la puerta. Fruncí un poco el ceño, estaba pálida y tenía ojeras, además de apretar con fuerza sus manos entrelazadas.

—Buenos días, iré fuera del castillo a tomar un poco de aire, pueden empezar sin mí, por favor.

Sin posibilidad de que yo contestara, la joven se fue tan pronto como había venido.

—Qué extraño, ¿Se encontrará bien? —Murmuró Perona.

Me levanté enseguida y seguí sus pasos hasta la salida. Me calmé un poco al verla en el terreno ya quieta, visualizando el mar y disfrutando de la brisa salada, que parecía tranquilizarla un poco.

No pude evitar acercarme un poco, manteniendo mi distancia con su cuerpo. Al llegar, pude apreciar un ligero pero débil aroma que no había detectado antes en ella.

—No es bueno tomar demasiado alcohol en la madrugada.

___ carraspeó un poco. Sentí que sus mejillas se sonrojaban y sonreí internamente, mirando también al horizonte.

—Estoy bien. Se me pasará en un rato.

—Aun así, tengo remedios en la cocina. —Pienso un poco— Puedo traerte un té de hierbas especial.

Ella me deja de contestar y yo vuelvo mi mirada hasta el borde de la isla. Las olas se escuchaban lejanas, pero de cierta forma, reconfortantes. Me hacían recordar que pronto partiría de Kuraigana y dejaría mi vida atrás por un tiempo.

El viento comenzó a soplar un poco más fuerte y sentí algo en mi pierna. Parpadeé y bajé la mirada, notando el vestido de ___ golpear conforme el viento se levantaba. Hacía hermosas ondas.

Todo lo que ella hacía o pertenecía era realmente hermoso.

—Creo... —comenzó a hablar, captando mi atención— que sí tomaré ese té.

Yo asentí.

—Vamos dentro.

Nos dirigimos hasta las escaleras de la entrada y le ofrecí mi brazo para su estabilidad, pero en vez de tomarlo, ella posó su mano sobre la mía.

Me sorprendí gratamente por su tibio tacto y mi corazón se enterneció. Creía que, a pesar de su resaca, rechazaría mi ayuda después de lo que sucedió anoche.

Pero no fue así.

Mi corazón se detuvo unos instantes y acaricié sus dedos con los míos. No quería abusar de su confianza, y este momento era demasiado corto para que se convirtiera en un mal recuerdo.

No se apartó de mí...

Mi interior se sintió eufórico y mis ojos no pudieron dejar de mirarla. A pesar de su estado, a pesar de que no era lo ideal... sentí que poco a poco estábamos avanzando.

Se me escapó una pequeña sonrisa por la esquina de mis labios. Prometí guardar este recuerdo cuando la echara de menos, en alta mar...

Pretty Little Wife (Dracule Mihawk y tú) [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora