2- La culpa.

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-Joder, me cago en la puta.

-Esa boca, que mi abuela decía que decir palabrotas te hacía más feo.

El vasco se giró sorprendido al escuchar esa voz, dejando todas sus maletas en el suelo, importándole bien poco.

-Rus! —La pelirroja se abalanzó hacia él y de un salto lo abrazó como si de un koala se tratase.— Te he echado de menos.

-Y yo a ti, cabrón. —Se bajó y lo miró detenidamente.— Es que estás más guapo y todo, mira esta cara.

-Venga ya, no seas tonta. Y mi guiri?

-Se ha quedado en casa, está estresada con los preparativos de la boda y esas cosas.

-O sea que iba enserio, no me puedo creer que mi amiga Ruslana se vaya a casar.

-Pues créetelo, es un hecho. —Martin volvió a abrazar a su amiga, al separarse, la miró algo más serio.—

-Como está?

-Me preguntas por Kiki?

-Rus...

-Tengo que advertirte de varias cosas Martin, y ya sé lo que me vas a decir. Que lo has superado que bla bla bla, pero sé que sigues teniendo esa cuenta falsa para stalkearle a mi no me engañas Martin Urrutia.

-Me ayudas a subir las cosas y te invito a un café? He traído un café buenísimo de Los Angeles.

-Suena bien, con leche de avellana?

-Con leche de avellana.

La pelirroja sonrió contenta y se acercó para ayudar a su amigo con sus maletas. En unos diez minutos, ya estaban arriba en el ático que Martin había alquilado en Madrid para los próximos meses. Martin buscó por los armarios y encontró unas cuantas tazas, sacó dos, enchufó la cafetera y rebuscó en la bolsa de la compra, una pequeña con lo indispensable que había hecho al bajar del avión. Después, sacó el café de su maleta y cuando lo tuvo listo, se sentó junto a su amiga en el sofá, pasándole una de las tazas.

-Pues tú dirás.

-Ha rehecho su vida, Martin. Bueno, no sé si rehacer es la palabra exacta pero se ve con alguien.

-Vaya, eso sí que no me lo esperaba. Es guapa?

-Guapo, y sí, muchísimo. Pero es un imbécil, es un tío de la discográfica. Creo que es de algo de Marketing.

-Está feliz?

-Quieres la verdad?

-Por favor.

-Pues no, Martin. Es un completo gilipollas, es peor que el Juanjo que conociste al principio.
Se ha vuelto un puto bloque de hielo. Y quería prevenirte Martin, porque él no sabe que tú ya estás aquí, ni que irás a la cena de la pedida de mano. Y puede que te reciba de mala manera.

-No esperaba otra cosa, Rus.

-Enserio, Martin. Si el Juanjo de antes tenía coraza este tiene un búnker creado a su al rededor. No es el mismo que dejaste cuando te fuiste.

Martin tragó saliva con pesadez, sintiendo como a la vez también bajaba todo ese dolor hasta hacerse un nudo en el estómago. Se permitió recordar a su Juanjo por un momento. Abrazándole, sonriendo, riendo a la misma vez que él. Se negaba a aceptar que todo eso se había esfumado, y que en parte, él tenía la culpa.

-Martin, cielo. Lo siento, no quería hacerte daño, pero creo que debías saberlo.

-No te preocupes, Rusli. Gracias por contármelo.

lo que no ves de mí, pt.2 - juantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora