2. Compras

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Ya era de noche. Lili permanecía en su habitación. El dolor de vientre había aumentado un poco y su menstruación había bajado, pero la imagen de antes no abandonaba su mente.

—¿Qué se sentirá tenerlo dentro de mí? Él es tan grande, muy diferente de Mike –Mike era un ligue que habia tenido hace unos meses y con él había perdido la virginidad.

—Lili –se asustó al oír su voz justo detrás de la puerta, pero le dijo que entrara.

—Entra, Diogo.

—¿Cómo te sientes?

—Con dolor de vientre –dijo ella en tono infantil.

—Te traje chocolate.

—Gracias –tomó la hermosa caja que él sostenía en sus manos, la puso sobre la cama y lo abrazó —Estoy muy emotiva hoy –susurró.

—Es normal, tu madre también era así. Mañana, si quieres, puedes quedarte en casa. Decidí nuestro destino para el viaje.

—¿Hacia dónde vamos? –preguntó ella después de morder uno de los bombones.

—Ceará, allí hay playas hermosísimas.

—Sí, quiero conocer mucho Jericoacoara.

—¿Enserio? Pues iremos para allá–dijo el haciéndose el sorprendido.

—Lo sabías, ya te lo había dicho, tonto.

—Tengo buena memoria, mañana mismo me encargaré de comprar los pasajes y reservar los cuartos en un hotel –en ese momento, Lili tuvo una idea para tenerlo muy cerca o al menos ver un poco del cuerpo que tanto le llamaba la atención.

—Reserva una habitación solo para nosotros.

—¿Una habitación sólo para nosotros?

—Sí, sabes, durante el día disfrutaremos de las playas y por la noche comeremos golosinas, pasaremos las noches viendo series, incluso podemos hacer una pijamada, recuerda, como hacíamos tú, yo y mamá cuando éramos niños, quiero revivir los viejos tiempos –dijo dulcemente.

—Está bien, reservaré una habitación familiar con dos camas, aunque estés a punto de cumplir dieciocho años, aún eres una niña –dijo mientras le daba un toquecito en el vientre.

—Mañana puedes llevarme a comprar algunas cosas para el viaje.

—Pensé que querías quedarte en casa.

—Sí, por la mañana es cuando los dolores de vientre son más fuertes.

—Entiendo, por la tarde te llevaré al centro comercial.

Al día siguiente, como habían acordado, él la llevó al centro comercial. La primera tienda a la que ella quiso entrar fue a una de ropa íntima. Le encantaba su cuerpo y le encantaba comprar lencería que resaltará sus curvas, aunque nadie la viera, lo hacía por ella misma, porque se sentía bien.

—Puedo esperar afuera –dijo un poco incómodo. Ella se quedó callada por unos momentos, pero luego habló.

—Claro que no, ayúdame a elegir, adoro recibir opiniones. Siempre vengo acompañada de Lívia, pero esta semana está muy ocupada y no podrá ayudarme con esto, así que eres tú ahora –suspiró riéndose y aceptó su petición. Hasta ese momento, Lili no había planeado nada, pero algo en su mente le decía que debía intentar acercarse de una forma diferente a a la relación que tenían.

—Mira, el negro es mi color favorito, queda divino con mi tono de piel –dijo mostrando un conjunto de encaje en el que la tanga era casi inexistente de lo pequeña que era.

—¿No crees que es muy pequeño?

—Tienes razón, este es tamaño pequeño, el sostén no me quedará, uso mediano –miró entre los estantes y pronto encontró uno igual a su talla.
—Perfecto.

—No estaba hablando del tamaño, bueno, sí lo estaba...quiero decir, mira Lili, es muy pequeño, apenas hay tela y es transparente –dijo mientras inspeccionaba la pieza —No tienes por qué usar estas prendas.

—Si estás preocupado de que quiera usar esto para algún chico, no te preocupes, es por mí misma. Me gustan este tipo de prendas, me siento hermosa cuando me miro al espejo, ¿Sabes? –dijo arreglando el cuello de su camisa y abriendo un botón, dándole un aspecto más relajado.

—Si es así, aún así lo encuentro un poco exagerado, pero si te sientes bien...

—Oye, Diogo, ¿Rojo o blanco? –Preguntó mostrándole dos conjuntos que parecían aún más transparentes que el anterior.

—Rojo es demasiado, blanco.

—¿Cuántos días nos quedaremos allá?

—Viajaremos el martes por la mañana y regresaremos el domingo.

—¿Podrías regalarme una lencería para cada día que estaremos de viaje?  –dijo aferrándose a su brazo.

—¿Alguna vez te he negado algo? –ella celebró con saltitos, luego le dió un abrazo y un beso en la mejilla.

—También puedes tener un bikini para cada día en la playa –él río y luego dijo. —Vamos, hoy puedes elegir todo lo que quieras. Te espero allí –dijo señalando un banco que había dentro de la tienda.

—Está bien –salió de la tienda eligiendo todo lo que le gustaba, y él se quedó sólo sentado en el banco hasta que una vendedora se acercó.

—¿Puedo ayudarle en algo?

—No, estoy esperando a alguien.

—Mientras tanto, debería elegir algo. Debe tener una novia o esposa a quien regalarle.

—En realidad no tengo.

—Qué desperdicio –él sonrío de lado y luego continuó la conversación. Desde lejos, Lili observó y notó el esfuerzo en el diálogo por parte de ambos, y como ya había elegido todo lo que quería, decidió intervenir allí.

—Ya elegí todo lo que quería –dijo ella, sentándose junto a él y colocando el brazo sobre sus hombros.

—Genial, llévalo al mostrador, ya voy a pagar  –ella se levantó y siguió, luego él también se levantó y la vendedora dijo.

—Dijo que no tenía novia.

—No tengo, ella es mi hijastra.

—Entonces estás casado.

—No, soy viudo.

—Tan joven, tu hijastra es una mujer muy hermosa.

—Sí, también muy inteligente y aplicada, es mi orgullo. Bueno, me voy.

—Aquí está mi número, llámame si quieres –dijo la vendedora entregándole una tarjeta a Diogo, luego se despidieron y él se dirigió hacia la caja donde Lili lo esperaba.

Cuando bajaron por las compras, decidieron dar otro paseo por el centro comercial. Ella compró algunas cosas más como sandalias, protector  solar y una maleta, ya que recordó que la suya tenía la rueda rota. Ya en casa, Lili colocó las bolsas en el armario y luego se lanzó a su cama. Había tomado una decisión y haría todo lo posible para conseguir lo que tanto deseaba.

—Necesito probar a este hombre –Ella era muy obstinada  y estaba decidida a hacer lo que pudiera hasta obtenerlo.

Querido Padrastro - serie: Amores Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora