Lili terminó su baño y en el baño mismo se aplicó crema hidratante en todo el cuerpo, luego se puso la lencería que había elegido y tomó coraje para poner en práctica otro de sus pequeños planes que había ideado. Caminó hasta la habitación y lo vio acostado en su cama usando el celular, ya estaba arreglado. Lili fue hasta su maleta que estaba debajo de la cama y fue imposible que él no la notara, incluso pensó en reprenderla por eso, pero recordó la noche pasada.
—Lili...
—Perdón pero no quería llevar mi ropa al baño para no correr el riesgo de arrugarla o mojarla.
—¿No te molesta estar así enfrente de mí? –preguntó mirándola de arriba a abajo.
—No, ni es la primera vez.
—Pero ya no eres una niña, Lili.
—Y qué, ¿Te molesta que esté así frente a ti? –él respondió rápidamente e involuntariamente.
—No.
—Confío en tí, sé que no tienes malicia alguna –Lili le dio una sonrisa inocente y él simplemente la miró, en su maleta sacó un vestido negro sin tirantes, luego se lo puso, pero después de mirarse un poco se lo quitó. Él que la estaba observando, preguntó.
—¿Por qué te lo quitaste?
—Estaba mostrando un poco la lencería y no me gusta –era una excusa para quedarse semidesnuda frente a él una vez más, él, a su vez, parecía hipnotizado, hasta se olvidó del celular —creo que este se verá mejor –era un vestido azul oscuro, un poco más cubierto en la parte de arriba pero a cambio era más corto que el anterior, ella se lo puso lentamente, él apreció cada movimiento, pero cuando se dio cuenta de los pensamientos que estaba teniendo, apartó la mirada y se reprendió mentalmente.
Aproximadamente unas horas después, Lili terminó de arreglarse, luego fueron al restaurante que el había elegido, era un lugar acogedor, bien iluminado pero no demasiado, lo que le daba un aire romántico y delicado. La mesa apartada estaba un poco apartada de las demás, él quería disfrutar al máximo esa escena sin ninguna interferencia.
—Finalmemente dieciocho, ya puedo beber.
—¿Quién lo dijo?
—Yo.
—Nada de eso.
—Diogo, es un día especial, ¿Qué tiene de malo tomar un par de copas de vino?
—Está bien, Lili, pero solo algunas, no estás acostumbrada, podrías terminar borracha.
—Está bien –él se acercó a la silla para que se sentara y luego se sentó frente a ella, el camarero se acercó con los menús y Diogo pidió el mejor vino de la casa, el camarero fue en busca del vino mientras ellos elegían los platos.
El camarero volvió con el vino y llenó las copas, como ya habían elegido lo que comerían, hicieron los pedidos, que tardaron un poco en llegar. Cuando llegó la comida ya habían tomado alrededor de tres copas de vino, la cena fue muy agradable, se divirtieron y recordaron momentos divertidos de su infancia.
La botella de vino se terminó, pagaron la cuenta y luego decidieron regresar al hotel. Ella se levantó de la silla y sintió que el mundo giraba, con miedo de caerse, se quedó quieta.—¿Estás mareada, verdad? Sabía que esto iba a terminar pasando.
—Tú también debes estarlo, nos tomamos toda la botella –dijo ella.
—Estoy, pero a diferencia de ti estoy acostumbrado –él se acercó a ella, la tomó de la mano y salieron a caminar juntos mientras ella solo podía recordar el sueno en el que él la guiaba de la mano y luego se deleitaba en sus labios.
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Querido Padrastro - serie: Amores Prohibidos
RomanceLili perdió a su madre a los trece años y quedó al cuidado de su padrastro. Años después, cuando está a punto de cumplir los dieciocho años, presencia un momento intenso entre él y una de las empleadas de la casa. La escena no se le va de la cabeza...