Nathaniel.
Suena la alarma al lado de mi cama y me obligó a levantarme. Veo el reloj y son las siete de la mañana.
Me dirijo al baño quitándome el pantalón con el que dormí y con este el bóxer. Me doy una ducha de cinco minutos y salgo del baño poniéndome la toalla en la cintura.
Salgo de mi habitación para ir a la cocina y servirme una taza de café y en eso suena mi teléfono en el sofá.
Lo había dejado ahí anoche a lo que había llegado después de ir a la empresa a programar una reunión para hoy.
El hecho de que Alexander decidiera ponerme a funcionar mi cargo no me pareció extraño. Lo que si me pareció extraño fue lo rápido que Elodie acepto trabajar conmigo.
Agarro mi teléfono dándole al botón verde.
-¿Si?- le doy un sorbo al café.
-Buenos días señor Parret, soy David, David Thompson, quería confirmar la reunión de hoy.-volteo los ojos.
¿Cómo la gente puede ser tan estúpida y seguirte preguntando lo que ya es obvio?
-¿Es necesaria esa pregunta?, ayer les avisé a todos que la reunión es a las diez de la mañana para que prepararán el lugar. ¿Y tú hoy me vas a preguntar esa tontería?- digo con un todo de molestia.
-Claro señor, solo que la señorita Samanta nos estaba diciendo que la reunión era a las nueve.- ¿Qué mierda?
Samanta me va a escuchar cuando llegue.
-No es cierto David, sabes que todo lo que salga de mi boca es cierto y no puedes dejar llevarte por chismes de los demás. A menos que no aprecies tu trabajo.
Termino mi taza de café dejándola en el lavaplatos y yendo hacia mi habitación.
-Claro señor, discúlpeme.- corto la llamada y abro mi armario para vestirme.
Optó por una camisa de botones blanca, un pantalón negro y una chaqueta del mismo color.
Me pongo mi reloj de siempre peinado me el cabello. Me cepillo los dientes y salgo de mi apartamento.
Reviso la hora en mi reloj.
8:05
El tiempo perfecto para llegar a la casa de Elodie.
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Llegó al edificio de Elodie, saludo al portero y subo por el ascensor.
Llegó al piso de su departamento y me dirijo al final del pasillo. Cuando llegó a su puerta se escucha música a un volumen muy alto al otro lado de la puerta.
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Lágrimas de sirena.
Teen FictionElodie Walter no sabe como manejar una empresa, más bien, ¡no sabe ni que se hace en una empresa! Nathaniel Parret es un experto en números y en firmar contratos. Por eso lleva trabajando más de una década en la empresa de Alexander Walter. Alexan...