Little, Little || SeulRene (IRENE + SEULGI)

𝖢𝖺𝗉. 𝟦𝟢「𝗟𝗮 𝗗𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗝𝗼𝗼𝗛𝘆𝘂𝗻」

[JooHyun POV]

Con 30 semanas de embarazo, mi cuerpo ya mostraba claramente la presencia de los pequeños que crecían dentro de mí. Todo en mi vida parecía dividido en dos: lo que se veía por fuera y lo que realmente ocurría por dentro. Por fuera, yo seguía siendo la esposa de SeHun, la señora Oh, la figura perfecta que todos esperaban que fuera. Pero por dentro . . . dentro de mí, todo era un caos.

Hoy había sido especialmente difícil. Mi espalda dolía, mis pies estaban hinchados, y los movimientos de los bebés no me dejaban dormir. Sin embargo, eran esos mismos movimientos los que me llenaban de esperanza. Eran mi conexión con SeulGi, incluso en la distancia. Porque aunque estuviéramos separadas físicamente, sentía que nuestro amor estaba tan vivo como los latidos de los pequeños.

El desayuno fue un intercambio frío de palabras con SeHun, nada fuera de lo común. Pero sabía que su silencio escondía algo. Era como si sus ojos buscaran un resquicio de culpa en mí, un signo de que estaba tramando algo. No dije nada. Había aprendido a mantener mi expresión serena, incluso cuando por dentro estaba llena de nervios.

Mis días ahora transcurrían entre visitas al médico, largas horas en la biblioteca de la casa para mantenerme ocupada, y sueños despierta sobre cómo sería nuestra vida después de esto. No podía evitar imaginar a SeulGi sosteniendo a nuestros bebés, su sonrisa iluminando la habitación, y ese brillo protector en sus ojos.

Esa tarde, me senté en el jardín, mirando las flores que comenzaban a marchitarse con el cambio de estación. El clima ya no era tan cálido, pero no podía evitar salir aquí. Era el único lugar en la casa donde podía sentir algo de paz, aunque fuera momentánea.

De repente, sentí un fuerte movimiento en mi vientre. "¿Qué pasa, pequeños? ¿Acaso están peleando por espacio ahí dentro?" murmuré, acariciando suavemente mi abdomen. A pesar de todo, ellos eran mi ancla, mi fuerza.

Había recibido un mensaje de SeulGi temprano esa mañana. No decía mucho, solo un simple: "¿Cómo están?" Pero ese pequeño mensaje significaba todo para mí. Era su forma de recordarme que, aunque las circunstancias fueran difíciles, ella estaba allí. Siempre lo estaría.

A veces me preguntaba si había hecho lo correcto al aceptar este trato con SeHun. ¿Fue realmente para proteger a SeulGi, o solo estaba prolongando este sufrimiento? Ahora, con cada patada de los bebés, sabía la respuesta. Por SeulGi. Por nosotros y ahora por los bebés. Porque este amor merecía sobrevivir, incluso cuando parecía imposible.

Mi mente se llenó de recuerdos de los momentos que compartí con SeulGi antes de todo esto. Su risa, su calor, la forma en que me miraba como si fuera la única persona en el mundo. Quería recuperar eso. Quería una vida donde pudiera abrazarla sin miedo, donde nuestros hijos pudieran crecer sabiendo que fueron concebidos por amor, aún amor que permanece fuerte.

Suspiré profundamente mientras el viento fresco me envolvía. Sentí los movimientos de los bebés calmarse poco a poco, como si ellos también estuvieran escuchando mis pensamientos. "Pronto, pequeños", les susurré. "Pronto estaremos libres. Y mamá hará todo lo que esté en sus manos para asegurarse de que nada ni nadie nos quite esa felicidad".

Esa era mi promesa. Una promesa que mantendría, sin importar cuán difícil fuera el camino por delante.

La casa estaba en silencio, salvo por el leve crujir de las maderas cuando la brisa se colaba por las ventanas. Había optado por quedarme en la biblioteca esa tarde, intentando distraerme con libros sobre maternidad y crianza, pero nada lograba calmar mi mente. Los bebés se movían más que nunca, como si también sintieran mi intranquilidad.