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20/02/1976

Querido diario, hoy fue un día totalmente normal sin nada destacable.

Empecé la escuela hace unos días. Aún no tengo amigas. Mamá me regañó porque según ella ya debería hacerlo de una buena vez. Por lo visto, todavía  no entiende que esas tonterías no son para mí.

«De hecho, tampoco lo es estudiar»

¿Sabes, querido diario? No sé por qué sigo aquí: no me gusta estudiar y mis notas son pésimas. Odio todos los quehaceres de la casa, por eso mi madre no deja de reclamarme. Detesto el arte, y los deportes, y básicamente cualquier cosa que puede hacer una chica de mi edad.

Nada logra llamarme la atención el suficiente tiempo para ser buena en algo.

Algún día me iré de acá; al fin y al cabo, nadie me va a echar de menos.

Y ya me voy, que tenemos una cena con amigos de la familia.














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