Más Allá de los Horizontes

Capítulo 3: La Tragedia de Konoha

Mientras el sol se ocultaba en el horizonte británico, Naruto Uzumaki continuaba su entrenamiento con un fervor implacable. La brisa fría del Reino Unido no era suficiente para enfriar su determinación. A sus 13 años, Naruto ya había perfeccionado múltiples estilos de combate, desde el ninjutsu hasta el taijutsu y el genjutsu, habiendo añadido el esgrima a su repertorio. Sus músculos se habían estado forjado a través de unos pocos años de entrenamiento riguroso, y su cuerpo ligeramente atlético reflejaba la ardua disciplina que había dedicado a convertirse en un guerrero formidable.

Sin embargo, el destino tenía otras cartas que jugar. La noticia llegó en forma de una carta con el sello de Konoha, desgarradora y cruel. Danzo Shimura, el antiguo consejero de la aldea, había ejecutado un golpe de estado. Minato Namikaze, el Cuarto Hokage, y Kushina Uzumaki, la madre de Naruto, habían estaban encarcelados y esperando su destino tras el ataque. El dolor de la noticia sacudió a Naruto como una tormenta. La ira y la tristeza se mezclaron en su pecho mientras prometía proteger a su hermano Menma y a Konohamaru, el joven aprendiz que también se había convertido en parte de su familia.

Naruto se sumergió aún más en su entrenamiento, impulsado por el deseo de proteger a aquellos que aún amaba y honrar la memoria de sus padres. Su vida se había convertido en una búsqueda de poder y habilidad, no solo para vengar su pérdida, sino para asegurar un futuro en el que tales tragedias no se repitieran. Gracias a sus clones podía aprender varias artes marciales a la vez, a la par que el original entrenaba su cuerpo, colocándose rutinas rigurosas de gimnasio, para no solo aumentar su musculatura física, dado que era una moda en adolescentes tener el cuerpo definido, sino también para aumentar su fuerza física, colocándose sellos de restricción de chakra, dejados por Jiraiya, cada cierto tiempo.