Todos los días el señor demonio escapa de su matrimonio [𝓑𝓛]

✧C18 - ¿Por qué decidiste no unirte?✧

Hua Che lo persiguió mientras cantaba en su corazón: Mantén la calma, mantén la calma, mantén la calma.

Aunque su cultivo aún era superficial, al menos había llegado a este punto; ¿No debería Brisa Suave despertar ya?

En su vida anterior, él y otros llegaron al Valle Luna Brillante para entrenar. Se encontró con Brisa Suave, que había estado inactiva durante muchos años, después de caer accidentalmente en el lago helado de cien metros de profundidad del valle mientras intentaba salvar a alguien.

Aunque este encuentro se produjo un año antes de lo esperado, Brisa Suave era, después de todo, la espada que lo había acompañado en muchas batallas, bañada en sangre y grabada en su alma. ¿El vínculo desaparecería con el paso del tiempo?

Hua Che aterrizó en la cima de la montaña, sin aliento. Al mirar a su alrededor, el pirómano no estaba a la vista.

Bueno, si querían escapar, no podrían alcanzarlo en su estado actual.

Hua Che estaba pensando si regresar o ir al lago helado para recuperar la espada cuando, de repente, ¡un fuerte ruido resonó en el valle!

¡Toda la montaña tembló!

Hua Che se agarró rápidamente a un viejo algarrobo para no caerse. Esta vibración era extraordinaria y le parecía familiar.

¡Antes de que Hua Che pudiera especular, una deslumbrante luz plateada se derramó desde el suelo fracturado del valle, elevándose hacia el cielo!

El aura familiar hizo temblar el corazón de Hua Che. Casi instintivamente, la persiguió. Cuanto más se acercaba, más fuerte se volvía el aura refrescante y gentil.

A diferencia de otras espadas, Brisa Suave era única. No era tan fría y arrogante como Luna Brillante, ni tan clara como Escuchando la Primavera. Se alzaba sola, cálida y húmeda, trayendo una suave brisa. Con un solo golpe, podía atravesar las Nueve Provincias, trayendo la primavera a los árboles marchitos; con un solo golpe, podía disipar la oscuridad, dispersar las nubes y revelar cielos despejados.

Esa era Brisa Suave.

Hua Che se detuvo.

La espada, pura e inmaculada como la escarcha, estaba firmemente sujetada en la mano de otro... de otra persona.

En un instante, la mirada de Hua Che se volvió aterradora.

Este pirómano no sólo estaba allí para incendiar la ciudad; también buscaba la antigua espada.

Aunque la figura estaba completamente vestida de negro, oculta por una enorme capa de la cabeza a los pies, Hua Che tenía alrededor de un 70% de certeza respecto de su identidad.

—¿Fuiste tú quien incendió la ciudad? —preguntó Hua Che con cautela.

Aunque el rostro del pirómano estaba oculto, ser perseguido hasta allí por un joven de dieciséis años asustaría a cualquiera.

El pirómano lo miró fijamente por un momento, pero sin decir palabra, sacó su espada directamente y cargó hacia Hua Che para matarlo.

Hua Che esquivó apresuradamente. Las espadas con espíritus como Brisa Suave tenían sus propios temperamentos, y habiéndolo acompañado durante cien años, Hua Che ya estaba familiarizado con la naturaleza de Brisa Suave. Apenas evadió dos golpes del pirómano a pesar del profundo cultivo de la persona, que evidentemente estaba desconcertado. Había esperado lidiar fácilmente con este joven inexperto, pero ahora se enfrentaba a alguien astuto, por lo que se puso serio.

El filo de la espada le rozó el cuello. Si Hua Che no hubiera esquivado rápidamente, habría perdido la cabeza.

Su visión se nubló un poco. Se tocó la mancha de sangre en el cuello y miró con fiereza a la infiel Brisa Suave. —¿Te has vuelto contra mí?