8. 𝙺𝚒𝚛𝚒𝚢𝚊 𝚄𝚋𝚞𝚢𝚊𝚜𝚑𝚒𝚔𝚒

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Los Kakushis llevaron a Giyuu a la mansión mariposa, explicándole a Shinobu la situación, o parte de ella.

Shinobu vio a Giyuu con una sonrisa, acercándose a él y comando su mentón suavemente.

— Aver, Tomioka-san, abre la boca por favor

El azabache obedeció y la pelimorada le reviso la garganta, tarareando como respuesta.

— mhm... Tienes la garganta algo irritada, no es muy grave, lo que te recomiendo es tomar algo frío para calmar el dolor... Y no la fuerces mucho.

Giyuu asintió con la cabeza, comprendiendo las palabras de la azabache con degradado morado.

— Por otro lado, no tienes que preocuparte, el dolor para pronto, solo descansa

Y con eso, Shinobu salió de la habitación, dejando al más alto solo.

El azabache cerró sus ojos una vez que estuvo solo en la habitación, le dolía todo y lo único que quería era descansar.

Pero no podía, sabía que si salía de ahí le volverían a hacerlo mismo, era inevitable.

Su mano inconscientemente se deslizó hacía su pantalón, metiéndose dentro de este y empezando a acariciar la base de su pene, pasando sus dedos entre sus bolas.

¿Quien iba a ser el siguiente? ¿Uzui? Uff, no podía evitar pensar en como sería ser cogido por ese hombre. ¿Sanemi? Mhg~, no podía negar que hacía un buen duo con Obanai, pero lo quería a él solo. ¿Obanai? ¡Por dios, Giyuu! ¡Obanai tiene pareja! Aún que... Coge muy bien...

Era inevitable no pensar en ellos, ¿Los músculos sudorosos de Sanemi? ¿O que tal la verga dura de Obanai? ¡Dios! ¿O el delicado tacto de Kyojuro? Kyojuro... Hace mucho no lo veía.

El azabache sintió debajo de su mano como era que se empezaba a erectar con esos pensamientos nada puros ni de papá Gyomei.

Su mano se siguió frotando contra su protuberancia, se sentía tan bien y tan caliente.

Su entrecejo tembló ligeramente al recordar que aún estaba en la mansión mariposa, y no podía hacer esas cosas ahí.

A regañadientes saco su mano del pantalón y abrió ligeramente los ojos, observando el techo.

Aún le dolía la garganta.

Escucho la puerta abrirse y por el rabillo del ojo duslumbro a tres niñas entrando a la habitación y acercándose a él.

— Disculpe, la señorita Shinobu dice que debe tomar esto, ojalá se recupere

Hablo una de las niñas, dejando un vaso con té en la mesita al lado de la cama.

Giyuu las miro y se sentó en la cama, viendo como las tres niñas se iban, eran tan pequeñas... Tan dulces... Tan... Inocentes....

Giro la cabeza para mirar el té, tomo el vaso con cuidado y lo soplo antes de darle un sorbo. La sensación se sentía bien, y calmaba un poco su garganta, tal vez no era tan malo estar ahí.

Lo bebió despacio para que no le llegará a caer pesado por tomárselo de un sentón, dejando el vaso de nuevo en la mesita una vez que lo haya terminado de beber.

Reposo el té un momento para después acostarse, cerrando los ojos con todas las intenciones de dormir, mañana sería un mejor día.

{...}

Despertó de su encantador sueño de pesadillas, mirando hacia el techo durante unos segundos antes de finalmente levantarse.

Con cuidado camino hacia la puerta de la habitación, rondando los pasillos de la mansión mariposa, se encontró a otros cazadores en el camino, pero el los ignoro.

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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