Carta 62

4 1 0
                                    

Querido chico:

No puedo evitar preguntarme, ¿hay algo mal conmigo? Es una duda que me persigue desde que todo entre nosotros comenzó a desmoronarse. Me pregunto si fui yo quien no supo cómo amarte, si mis defectos fueron demasiado grandes, o si simplemente no era suficiente para ti. He repasado una y otra vez cada momento, cada conversación, tratando de entender en qué fallé.

Cuando empezamos, todo parecía encajar. Creí que había encontrado a alguien con quien compartir mis días, mis sueños, y mis miedos. Pensé que, por fin, había encontrado un lugar donde mi corazón podría descansar sin temor. Pero ahora, al ver cómo se desmorona lo que construimos, no puedo evitar culparme, pensar que algo en mí no era lo que esperabas, que de alguna manera fallé en ser lo que necesitabas.

Me duele admitirlo, pero esta pregunta se ha vuelto un eco constante en mi mente: ¿hay algo mal conmigo? ¿Por qué no pude hacerte feliz? ¿Por qué no pude ser suficiente para que quisieras quedarte? Sé que el amor es complicado y que no siempre tiene explicaciones claras, pero la incertidumbre me consume.

Sé que no debería pensar así, que el fin de una relación no es siempre culpa de una sola persona, y que a veces las cosas simplemente no funcionan por razones que escapan a nuestro control. Pero eso no quita el dolor, ni la sensación de que tal vez si hubiera sido diferente, si hubiera hecho algo más, las cosas podrían haber terminado de otra manera.

Lo más difícil es aceptar que no puedo cambiar quién soy para hacer que alguien me ame. No debería tener que cuestionar mi valor ni mi identidad por una relación que no funcionó. Sé que en el fondo no hay nada "mal" en mí, pero eso no hace que duela menos.

S. A 

Las cartas que nunca vas a leerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora