Carta 64

5 1 0
                                    

Querido chico:

¿Por qué me besarías? No soy ni la mitad de bonita. Es una pregunta que me hago una y otra vez, y no puedo evitar que me carcoma por dentro. Siempre he sentido que no soy suficiente, que mi apariencia no está a la altura, que hay tantas personas más hermosas, más atractivas, más... todo. Entonces, ¿por qué?

Cada vez que tus labios rozaban los míos, una parte de mí se llenaba de duda. Me preguntaba si lo hacías por costumbre, por comodidad, o tal vez por alguna razón que nunca llegué a entender. Y aunque intenté aceptar tus besos, siempre había una voz en mi cabeza que susurraba que no los merecía, que era solo una cuestión de tiempo antes de que te dieras cuenta de que yo no era lo que realmente querías.

No soy ni la mitad de bonita, y me duele pensar que, tal vez, eso fue lo que contribuyó a que todo se desvaneciera entre nosotros. Sé que el amor es más que solo apariencia, pero no puedo evitar sentir que, al final, no fui lo suficientemente buena, que no fui lo que merecías.

Intenté verte más allá de estas inseguridades, intenté creer que me querías por quien soy, pero la duda siempre estuvo allí, como una sombra que nunca desaparecía. Y ahora, con el fin de lo nuestro, esa duda se ha convertido en una certeza dolorosa: nunca fui lo que realmente deseabas.

No te culpo por alejarte, porque quizás tú también te diste cuenta de que no era suficiente. Pero quiero que sepas que, aunque no soy la más bonita, te amé con todo lo que tenía, con todo lo que soy. Y eso, aunque no fue suficiente para mantenernos juntos, es algo que siempre llevaré conmigo.

S. A

Las cartas que nunca vas a leerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora