1: No me queda nada

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Era un día nublado, con un aire cargado de humedad que presagiaba una pronta lluvia. Pandora y Flans estaban en plena fase de ensayo para el nuevo show. La energía en la sala era eléctrica, con coreografías sincronizadas que prometían un espectáculo perfecto. Faltaban pocos días para el estreno y la presión por alcanzar la perfección estaba en su punto máximo.

Mayte y Fernanda, que antes eran inseparables, ahora apenas se dirigían la palabra fuera del escenario. Su distanciamiento se había vuelto notorio para todos, no solo para las otras integrantes, sino también para el equipo que las rodeaba. Incluso su manager había tenido que intervenir, pidiéndoles que fingieran frente al público, los fans y la prensa. Fingir que seguían siendo amigas, que seguían trabajando juntas como siempre lo habían hecho. Pero ambas sabían que lo que una vez fue natural, ahora se había convertido en una actuación forzada, un reflejo de lo que alguna vez fueron.

Mientras las otras conversaban y reían en pequeños grupos, Mayte intentaba concentrarse en los pasos de baile. El ensayo era agotador, especialmente para ella, que sentía el peso de los años y de la tensión emocional acumulada. Pero estaba decidida a dar lo mejor de sí misma.

El coreógrafo les dio un respiro de unos minutos, y Mayte, con un suspiro de alivio, se acercó a su termo para beber agua. A lo lejos, observó a sus compañeras charlar animadamente, pero pronto notó que alguien faltaba en el grupo. Fernanda.

Su mirada recorrió el cuarto de baile casi instintivamente, buscando a Fernanda, aunque no comprendía muy bien por qué lo hacía. Sabía que Fernanda la evitaba tanto como ella intentaba evitarla. Esa tensión latente entre ambas hacía que cualquier interacción fuera dolorosa y cargada de resentimiento. Aun así, se excusó con el coreógrafo con una suave sonrisa.

—Discúlpame, corazón. Tengo que ir al baño, ahorita retomamos la plática —dejó su botella de agua para salir del cuarto de ensayo.

Mayte caminaba por los pasillos, preguntándose por qué su cuerpo la llevaba en una dirección que su mente claramente rechazaba. No quería ver a Fernanda, no quería encontrarse con esos ojos que, en otro tiempo, la miraban con amor y ahora solo transmitían frialdad o, peor aún, indiferencia. Pero sus pasos parecían tener vida propia, moviéndose con una urgencia inexplicable.

Justo cuando estaba a punto de darse la vuelta y regresar al estudio, escuchó un sonido que la detuvo en seco. Un llanto. Se escondió tras una esquina, inclinándose contra la pared y lo que vio la dejó paralizada. Fernanda, sola en el pasillo, lloraba con fuerza. Mayte podía sentir cómo las lágrimas de su ex pareja resonaban en su propio pecho, un eco de la misma tristeza que una vez compartieron. Aunque lo negaba constantemente, aún le dolía ver a Fernanda así, tan vulnerable.

—Ya estoy cansada, cada día me siento peor... —escuchó Mayte entre sollozos. Fernanda estaba hablando por teléfono, su voz temblorosa, cargada de angustia —No solo tengo que fingir con Mayte que estamos bien... tengo que fingir que yo estoy bien para que este show salga perfecto.

Las palabras atravesaron a Mayte como una daga. ¿Fingir? ¿Fernanda no estaba bien? En los últimos meses, Mayte la había visto riendo, bromeando con Mimi, llegando al estudio con buen humor. Incluso la había oído hablar sobre lo feliz que aún la hacía su esposo. Recordar eso le provocaba una extraña sensación de revuelo en el estómago. Pensaba que Fernanda había seguido adelante, que su vida era perfecta sin ella, y ahora, escucharla decir aquello... la confundía profundamente.

Desde su escondite, Mayte apretó los puños, sintiendo una mezcla de emociones que no sabía cómo manejar. La voz quebrada de Fernanda le recordaba tiempos pasados, momentos en los que ambas se apoyaban mutuamente, cuando podían hablar de todo, cuando un simple beso solucionaba cualquier malentendido. Pero esos tiempos habían quedado atrás, enterrados bajo una montaña de rencor, decepciones y palabras no dichas.

Mil Formas de Quererte - RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora