¡Gambare jiang Cheng!

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Cómo Wei Wuxian lo seguía metiendo en problemas, sus castigos no acababan y había empezado a tener un poco de cariño por Lan Xichen, pero no cariño de amigos. ¿Y de quién es la culpa? De Wei Wuxian y Nie Huaisang. Esos miserables, unos infelices malnacidos, se han convertido en los seres más despreciables que he conocido, ¡imbéciles!

—Shimei, están hablando de mí, me zumban los oídos.

—A mí también —responde el híbrido mapache, moviendo la cola con desdén.

—Seguro están hablando de lo fantástico que son —responde Jiang Cheng con evidente sarcasmo, rodando los ojos y moviendo su cola con irritación.

Siguieron charlando hasta que el híbrido lobo se fue con su novio.

—Ya se fue el desvergonzado menor —murmuró para sí mismo, moviendo la cola con resignación.

El mapache, haciendo caso omiso, dijo:

—Tienes que ir a la biblioteca para copiar las reglas.

—¿De quién será culpa, me pregunto? —preguntó el híbrido pantera, inflando su cola con frustración.

El mapache abrió su abanico y se tapó la mitad de la cara, moviendo su cola con indiferencia.

—Ni idea, la verdad.

Jiang Cheng se levantó y se dirigió hacia la biblioteca. Con su cola tensa tenía.

—¡Ánimo, A-Cheng! —dijo el mapache, riendo con su cola agitada.

Al contrario, las mejillas y orejas de Jiang Cheng se pusieron rojas de vergüenza.

—¡TÚ! —dijo antes de irse corriendo. Se preguntaba por qué se comportaba como una joven amante enamorada; todo era culpa de Wei Wuxian.

Se sentó en la biblioteca esperando al híbrido conejo, cuando vio una hoja en blanco y quiso escribir un relato, o lo que fuera, sobre lo que parecía en sus sueños:

Sueño con un conejo callado, 
en su silencio profundo y dorado. 
Tan brillante su ser reluciente, 
como una estrella en la noche presente. 

Sus ojos reflejan el misterio, 
en su quietud guarda un gran imperio. 
Cruzando mis sueños sin decir nada, 
su luz en mi alma queda grabada. 

Bajó la lapicera, mirando la hoja en silencio. Lan Xichen se había tardado mucho ya.

—Disculpa por mi tardanza —dijo un conejo cubierto de manchas moradas en la cara y la ropa.

—¿Jiang Cheng? —preguntó al acercarse y descubrir que Jiang Cheng se había quedado dormido. Se sentó al frente y tomó un libro sobre las almas gemelas, leyendo el primer párrafo:

"Las almas gemelas, en diversas culturas y creencias, se definen como dos personas que están profundamente conectadas en un nivel espiritual o emocional. Esta conexión se interpreta como un vínculo predestinado, que trasciende el tiempo y el espacio, sugiriendo que estas personas están destinadas a encontrarse a lo largo de sus vidas. Sin embargo, aunque el concepto de 'destino' sugiere una inevitable unión, no siempre ocurre que las almas gemelas se junten o permanezcan juntas. Factores como el contexto de vida, el tiempo en que se cruzan o las decisiones personales pueden impedir que esta relación se desarrolle plenamente. Se reconoce una alma gemela tras una prueba de sangre no importa el género o la especie mientras la sangre sea compatible"

No quiso despertar a Jiang Cheng, así que tomó una foto de lo que escribió. De repente, sintió los ojos llorosos. ¿Por qué? ¿Será porque su alma gemela se fue? No. Es porque no sabe si podrá revelar sus sentimientos al joven tan hermoso de ojos morados y cabello negro. ¿Será él alguien digno? Se preguntaba si hizo algo mal, entre sollozos silenciosos su alma gemela lo abandono, el espera ser alguien digno para a-Cheng.

Un lienzo manchado de morado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora