-¿Quién es el alma gemela del enano? -pensó seriamente. Jin Guayabo era un chico delicado y refinado; se dedicaba al teatro. Lo había visto actuar un par de veces y fanfarronear sobre ser alma gemela de Xichen.-Siempre le molestaba el tema de las almas gemelas porque determinaban con quién pasarías el resto de tu vida por una muestra de sangre que es compatible. No terminaba bien y la mayor muestra de ello eran sus padres.
-Miró al híbrido lobo frente a él. Frunció el ceño. Le empezaba a molestar verlo, no sabía por qué. Iba a responderle, pero un grito de una voz aguda lo sacó de sus pensamientos.
-¡Ayúdame, A-CHENG!
-Se giró para ver el pasillo que a esa hora estaba mayormente vacío, excepto por el equipo de arte que salía a las 4:30 p.m. y se los encontraba muy seguido, ya que sus horarios coincidían.
Lo primero que vio al girarse fue un mapache con las mejillas rojas como si estuviera cansado de tanto correr, cabello corto hasta los hombros. Todos los ojos se volvieron hacia él, pero mientras rodaba los ojos, sintió cómo alguien se le acercaba para abrazarlo. Se le crispó la cola y sus pupilas se volvieron finas.
Respiró hondo.
-¡QUÍTATE DE ENCIMA, QUE TE PASA! -se limitó a decir mientras lo apartaba de un manotazo.
Nie Huainsang se limitó a apartarse y, jalando del brazo al lobo y a la pantera, los llevó al salón grafiteado.
Cerró la puerta y se sentó en el suelo. Respiró varias veces hasta que pudo regular su respiración.
-Descubrí que Dage tiene un amante -dijo en un susurro, refiriéndose a su medio hermano.
La primera reacción de la pantera fue la dilatación de sus pupilas y su cola extremadamente levantada y esponjada, mientras que el lobo solo se limitó a decir:
-¡¿EN SERIO?! -su exclamación se escuchó por todo el edificio.
-¿¡Un amante!? -dijeron en unísono los dos hermanos adoptivos mientras agitaban sus colas.
-Lo sé, hasta yo me sorprendí. Aparte de eso, creo que ya no me hace estudiar anatomía de hombre porque lo descubrí de la peor manera. Si quieren, les cuento los detalles.
Un colorado Jiang Cheng le puso una mano en la boca.
-Cállate.
-Recordando las palabras de su madre sobre las buenas influencias en sus amistades, debió haber hecho caso. Es decir, debió haberlo hecho siempre. Si describiera a los dos, diría que son cabezas huecas, impuros, malditos, desvergonzados e indecentes.
-Shimei no tiene nada de malo. Mira, cuando la abeja y la flor -antes de que pudiera decir algo más, usó su otra mano libre para taparle la boca.
Ya viene otra vez, pensó la pantera. Aún podía escuchar la vocecita de Wei Wuxian diciendo en un tono extremadamente agudo: "Shimei, no te avergüences. Cuando la abeja y la flor". Aunque pensándolo mejor en su caso sería dos abejas... Espera, ¿qué estaba pensando?
Solamente suspiró y quitó las manos de las bocas de sus amigos y acarició su anillo que se encontraba en el dedo índice, volviendo a prestar atención a sus amigos.
-Pero para que lo entiendas mejor, quizás una demostración, como un juego entre Lan Zhan y yo -dijo el lobo, refiriéndose a su novio.
-¿Qué juego? ¿Puedo unirme? -preguntó con falsa inocencia el mapache.
Ya harto de la situación, le dio un codazo al lobo y un manotazo al mapache.
-Auch -dijo el mapache.
-Ayy, shimei.
-¡QUE NO ME LLAMES ASÍ!
Resonó por todo el edificio y, en el peor momento, apareció el director, que dio una mirada al lobo y al mapache que estaba escondido detrás de la pantera. Después dio una mirada al salón grafiteado. La pantera maldecía en su cabeza a sus cabezas incapaz de ver al director a los ojos. Solo suspiró y bajó la mirada.
-Wei Wuxian, tienes que aprenderte el libro de las reglas de memoria. Y ustedes dos, escribir un ensayo sobre cómo se fundó la escuela. Un castigo aparte por grafitear el salón -dijo el director, llamado Lan Qiren.
-Los odio -murmuró Jiang Cheng antes de darse la vuelta y ver al mapache con una sonrisa escondida en su abanico y al Wei Wuxian sonriendo ampliamente.
-A la hora de la salida, Jiang Cheng se fue a la biblioteca a escribir su ensayo llevando su mochila consigo. Al llegar, sabía que alguien lo estaría supervisando para asegurarse de que escribiera; en este caso, el Lan Xichen, el presidente del consejo estudiantil.
Dio una leve reverencia y se sentó sin decir una palabra. Sacó un lapicero y empezó a escribir, copiando unas partes del libro y otras redactando.
Pasaron unos 30 minutos cuando terminó. Miró al contrario; le pareció un chico lindo, era un híbrido conejo. El estaba sonriendo tontamente.
El contrarío, levantó la vista y devolvió la sonrisa.
Rodó los ojos, pero sintió una punzada en su estómago. Quiso llorar... ¿Por qué? Miró al contrario que de inmediato se levantó y dijo en un susurro:
-Vuelvo en un momento.
La sensación de querer llorar se fue junto al conejo
En ese momento, sacó otro cuaderno; este era uno de poemas. Ojeó algunas páginas y decidió agarrar su lapicero con la intención de escribir, pero unos pasos lo distrajeron. De inmediato guardó el cuaderno de poemas, un poco avergonzado de que alguien lo viera.
Acarició su anillo en el dedo índice, viendo a Lan Xichen disculparse por la tardanza y tomar asiento de nuevo. Se sonrojó un poco porque le parecía muy lindo. De inmediato le dio los papeles que estaban en el escritorio, tomó su mochila y se fue corriendo.
Quizás los castigos no eran tan malos después de todo......