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Hace mucho, mucho tiempo, Dios creó a los Ángeles, seres de gran poder y belleza, cada uno con una labor importante, como el Arcángel de la curación, Rafael, el Arcángel de la sabiduría Uriel, la gran Serafín Serafiel, entre miles y miles de ángeles más para administrar todo.

Muchos se preguntarán Por qué Dios creó ángeles que lo ayuden a administrar cuando él es omnipotente, omnisciente y omnipresente, sencillo, la experimentación y algo de entretenimiento.

Experimentar con lo nuevo, crear distintos seres que se encarguen de administrar algunas cosas y ver cómo les van, y entretenimiento de la forma en que él puede observar como todo sucede y no tendrá que intervenir simplemente ver cómo sus creaciones/hijos hacen el trabajo bien o mal.

Pero entre sus hijos, había uno el cual era conocido como el Ángel favorito de Dios, el que era el más bello de los ángeles portador las estrellas y alegría, Samael Morningstar.

Samael desde su inicio, siempre tuvo un montón de ideas, demasiadas ideas, El problema es que varias de esas eran peligrosas, muchas ponían en peligro a la creación, a los Ángeles y demás, así que le dieron la labor de encargarse en las estrellas y el cosmos de esa forma lo mantuvieron ocupado por un buen tiempo.

Pero Uriel conocido como El arcángel de la sabiduría y conocimiento, pudo observar y saber de lo que estaba haciendo su hermano, un montón de constelaciones, estrellas, pero también horrores nivel cósmico, calamares gigantes que devoran planetas, razas insectoides que consume el planetas, tormentas cósmicas, entidades de múltiples ojos que leen mentes, abominaciones y demás seres de horror cósmico.

Claramente, fue una señal de peligro, lo que hizo que no participará en la creación más importante de los ángeles, un regalo para su padre, hecho a su imagen y semejanza, Adam el primer hombre y humano.

Se le informó de la creación del primer hombre y que no iban a necesitar su ayuda, a él no le importó, en palabras del portador de las estrellas, tenía mejores cosas que hacer que concentrarse en algo tan ridículo.

Ninguno se atrevió a decirle que prácticamente estaba faltando el respeto a Dios, por llamar ridículo a un ser hecho su imagen y semejanza, nadie dijo nada, porque simplemente ya estaban muy estresados con el tema de controlar los horrores que había creado Samael.

Eligieron la tierra como un buen lugar de prueba, después de probar y crear distintos animales y plantas decidieron elegir un grupo selecto de animales y plantas para el paraíso.

De esa forma crearon el jardín del Edén, el hogar para Adam, junto con un montón de animales, objetos y criaturas que ellos hicieron, con los elementos primarios y secundarios de la creación.

Todo parecía ir bien al inicio, los Ángeles se encargaban de cuidar al primer hombre, la propia jefa Serafiel fue la que más tiempo se la pasaba con Adam, de cierta forma fungiendo como una figura materna.

También estaba el árbol del conocimiento, fue puesto por el propio Dios, explicando que sirve para ver la lealtad de las creaciones de sus hijos, ese árbol se halla el conocimiento del bien y el mal.

A pesar de que en El Edén estaba todo lo que el primer humano necesitaba, había un problema y es que él era uno, no había otro como él. Todos los animales tenían una hembra, pero Adam no, así que los Ángeles decidieron que debería haber una mujer.

Usando el mismo barrio y polvo con el cual crearon Adam, crearían a la primera mujer Lilith.

Todo parecía ir bien, claro hasta el día en el Samael  pidió participar un poco más en El Edén, como lo hacen los demás ángeles y arcángeles que llegaban a visitar a los humanos, o como Sera interactúa con Adam.

Dos AmoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora