capítulo vi

15 4 1
                                    


—Buenas noches— saludamos y Stella sigue petrificada.

—¿Qué tal?— pregunta coqueto el joven parado al lado de la italiana.

—¿Nos conocemos?—pregunto un poco arisca.

—Ahora si. Un gusto Mike, acompañante de Stella.

—Come stai?— le pregunto a ella y ahí recién reacciona.

—¿Bien y tu?

—¿Se conocen?— pregunta el.

—Nos conocimos en París hace poco.

—¿Y no pensabas presentarme a esta belleza?

No me gusta como suena el "halago" en sus labios pero me ahorro el comentario ya que siento que es negativo e innecesario.

—Lo creí muy pronto— termina por decir ella.

Mike y Cloe entablan una conversación llena de risas y yo solo los evito ya que mis ojos sin querer siempre vuelven a la chica de ojos grises.

No se porque pero mi cabeza me juega una mala pasada y creo que todos los ojos están sobre mi y me siento agobiada.

En un momento la mano de Cloe toma la mía sin dejar de lado la conversación. No sabia que estaba rascando tan fuerte mis brazos hasta ahora. Los mismos están rojos y me siento peor creo que todos se darán cuenta y me empieza a faltar el aire.

Suelto la mano de la francesa y me excuso para ir al tocador.

Tomo aire y cuento hasta cuatro para soltarlo. Tomo aire y cuento hasta cuatro para soltarlo. Repito el mismo proceso un par de veces hasta que veo unos ojos observando por el espejo.

—No sabía que iba a ser tu presentación.

—No lo es.

— Ya me entendiste.

— Es una presentación cualquiera yo simplemente expuse un par de cuadros.

— Un par creí que solo sería uno.

—Yo también pero hubo un par de cambios.

— Si hubiera sabido que esto era para lo que querías que te acompañara hubiera cancelado.

— No hacía falta ya conseguí a alguien más y tú estás bien acompañada.

— No me importa eso, yo quería venir contigo y él tiene alguien más para venir.

— Bien siendo así. Acompáñame luego.

—¿Dónde?— pregunta intrigada.

—Sorpresa, sorpresa.

—¿A que hora salimos?

—Si fuese por mi, ya mismo.

—¿Contestaras bien alguna de mis preguntas?

—Eso depende de lo que preguntes.

—¿Quién es el hombre con el que viniste?

—¿Puedo preguntar lo mismo?

—No—dice en voz baja.

Muevo las manos y hago una mueca.

—Me gusta la igualdad y sensatez, si preguntas algo y yo también espero una respuesta para darte la tuya, así funciona jolie.

Se ve avergonzada y prefiere cambiar de tema.

—No se qué es la última palabra pero en ti suena precioso y me encanta.

Solo puedo reírme por el halago, no la voy a presionar ya que a mi también me gusta escapar.

—Bien, nos vamos.

Cadenas De VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora