𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝟐 || 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐲𝐠𝐨 𝓍 𝐁𝐞𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠𝐡𝐚𝐦

𝐗

𝐉𝐮𝐝𝐞

Llego a la puerta de casa justo cuando escuchó el motor de un coche detenerse. Me giro y les veo: Jobe, mamá y papá, saliendo del gran coche negro. Jobe con su sonrisa despreocupada. Mi hermano pequeño, hacía meses que no le veía en persona, aunque hemos estado hablando por el teléfono, no es lo mismo que en persona. Ahora juega en Inglaterra, para el Sunderland y parece que ser el goleador del equipo inglés le siente genial.

-¡vaya, mira quien a vuelto!- suelto el mando de la playstation mientras camino lentamentemente intentando no forzar mi tobillo con las muletas, abriéndole los brazos para abrazarlo-¿te dejaron salir de Sunderland o ya te de escapaste de allí?- dije en un tono bromista a lo que él respondió de manera despreocupada

-tuve que sobornar al mister- respondió entre risas, devolviéndome la pregunta-¿y tú?¿todavía jugando en Madrid o dando clases para andar mejor?- dijo alejándose de mí con una expresión burlesca, alejándose de la cocina

Río con intenciones, siempre tiene ganas de llevarse un golpe de mi parte. Pero esta vez no podré dársela.

-sigue soñando Job, recuerda que soy el mejor de mi equipo y lo sabes- dije acercándome donde estaban mamá y papá hablando entretenidamente

Entramos en la cocina, y el olor de la comida de mamá nos hace la boca agua. Es curiosos cómo ese aroma tan familiar no cambia, sin importar cuanto tiempo pase. Mi madre está tras la barra que separa la cocina de la sala de estar y papá está sentado observando entretenidamente como mamá terminaba la cena. Cuando nos ve, mi padre se levanta y se acerca sonriente hacia mí.

-¡Jude!- exclama con una sonrisa radiante- ¿Dónde está el mejor jugador de el Real Madrid-.

Me acerco para abrazarlo.

-Madre mía, ya ni me acordaba del olor del estofado de mamá- dijo Jobe sentándose al lado de papá, quitándole el periódico de sus manos

-Más te vale o serás desheredado- dice mamá, aunque sé que le encanta tenernos a los dos en casa, como si fuéramos niños de nuevo.

Nos sentamos en la mesa y empezamos a conversar los cuatro. Es como si la distancia que había entre España y Reino Unido no existiese, todo se sentía tan familiar de nuevo. Hablábamos de fútbol, obviamente, de los entrenamientos de los partidos, de como va el inicio de la temporada en los dos países. Jobe y papá cuentan las anécdotas de su equipo, mientras mamá y yo hablamos de lo bien que lo pasamos los chicos y yo en los entrenamientos. Y así, entre bromas y risas, me doy cuentas de lo afortunado que soy. Estar en casa con mi familia, aunque solo sea durante cinco días, es todo lo que necesito para salir de esta lesión.

Lenna

Mamá y yo llegamos al aeropuerto, facturamos las maletas y entramos en el avión. Estos dos días se pasaron súper rápido. Mamá se despidió de Mánchester y de todos los amigos que hizo durante estos 9 meses.

Estuve hablando con agentes del Real Madrid para concretar toda la agenda de las dos semanas que estaría allí. De esto solo lo sabe el entrenador, el cuerpo técnico del equipo y también Jobe que viajó hasta Madrid para vernos allí. Pedí que los jugadores y resto de equipo que no se enterasen de que yo junto a mi compañera Valentina, seremos las periodistas que les acompañaran durante las actividades que nos asignen. Subimos al avión y nada más llegar mamá pidió a la  azafata un té de jengibre.

-vuelta a casa- dije asegurándome el cinturón de seguridad, solo faltaban minutos para despegar y siento que esto va a ser inolvidable

Agarré su mano, y la apreté tan fuerte como pude justo cuando despegamos. Siempre le he tenido miedo a los despegues y es algo que nunca se irá de mí.