El Demonio

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Verse frente a frente después de 30 años era... difícil. Para ambos, de hecho.

Masaru se preguntaba qué le había pasado a aquel muchacho sonriente con un sueño de ser héroe, mientras que él se recriminaba a sí mismo por nunca despedirse de su mejor amigo.

Lentamente, Masaru se sentó en la sala frente a la celda transparente, atento al peliverde que estaba frente a él, atado de pies a cabeza con una camisa de fuerza.

-Izuku...

-Masaru...

-¿Entonces no lo niegas?

-¿Qué cosa...?

-Que eres Izuku Midoriya.

-¿Acaso importa? Ustedes saben muy bien quién soy.

-¡Sí! ¡Pero yo esperaba que...! Yo esperaba que no fueras tú, Izuku -dijo lo último en un casi inaudible susurro-. Cuando te vi, te reconocí al instante... ¿Por qué? ¿Por qué nunca viniste conmigo? Pude haberte ayudado, rescatarte, y no... No tendrías que haberte convertido en este monstruo.

-No puedo cambiar el pasado, Masaru. En esto me convertí, ya es tarde para un cambio -dijo mientras suspiraba-. Supongo que quieres saber lo que me pasó, ¿no?

-Ya sé lo que pasó, ¿México? ¿Brasil? ¿Rusia? No me lo tienes que decir, todos lo sabemos, Cuervo de la Muerte.

-Ustedes me nombraron así, yo solo lo adopté... Estoy orgulloso de ti, Masaru, me alegra saber que eres un gran hombre.

-¿Por qué lo haces...? ¿Acaso no te das cuenta de la situación? Eres el villano más buscado del mundo, tal vez te sentencien a muerte, y aún así te ves tan tranquilo.

-Ya he muerto... Izuku Midoriya murió hace más de 32 años, Masaru -su hermano lo tomó de una manera figurativa, y no tan literal como en realidad había pasado-. ¿Por qué no fui contigo? No quise, así de simple. Cuando regresé de la muerte, tenía un nuevo propósito: salvar a cualquier niño que haya sufrido el mismo destino que yo, cualquier niño que haya sido secuestrado, que haya perdido a su familia, que lo usen para experimentos. Ese es mi propósito, eso es quien soy.

-¿Salvar a los niños? ¿En serio? -Masaru puso su palma en la frente, debatiéndose entre reír o llorar-. ¿Y qué fue lo de México? Más de diez mil personas, incluyendo niños, fueron encontrados muertos. ¿Los salvaste? ¿Salvaste a esos niños, Izuku? -Por primera vez desde que lo había visto, Izuku perdió su mirada estoica, cambiándola por una mirada de frustración.

Recordar lo que pasó aquel día nunca fue de su agrado.

-...Me arrepiento cada día de lo que pasó -fue lo único que dijo-. No niego lo que sucedió aquel día, ni tampoco todo lo que he hecho durante estos 25 años. ¿Eso quieres escuchar? Hice lo que hice, Masaru. El Cuervo de la Muerte es quien soy. No puedes quejarte ni desear que las cosas fueran diferentes, es inútil.

-¿Así es como acabará esto?

-¿Por qué me preguntas eso a mí? Solo soy un villano al que atraparon, tú eres el policía, ¿no?

-...¿Podrías... podrías contarme qué has hecho estos últimos 30 años?

-Sería un placer, hermano.

Izuku, El Cuervo De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora