-¿Es tu mate?- La pregunta de Manuel me distrajo un poco, tomándome por sorpresa.
-¿Q-Que?
Mis ojos miraron rápidamente a mi alrededor para hechar un vistazo, en caso de que mi mate estuviera detrás de mi. Me parecía imposible de que el beta supiera que Eylan es mi mate así como así. Después de todo, aún no se le he dicho a nadie ¿Cómo pudo haberlo notado? ¿Acaso fui tan obvia?
-Te dije que no podíamos quedarnos mirándolo por tanto tiempo durante los entrenamientos- Le recrimine a Megan, quien siempre quiere llamar la atención de Eylan o saber dónde está.
-A mi no me eches la culpa. Tu también te estabas deleitando mientras mirabas como se le pegaba la camiseta al torso debido al sudor.
Manuel caminó rápidamente hacia mi, aprovechando mi distracción para tomar mi brazo derecho y colocarlo detrás de mi espalda. Ejerció un poco de presión, haciendo una pequeña llave, robándome un quejido.
-¡Ay! Eso es trampa-
-Ya te e dicho varias veces que no debes desconcentrarte. Deberías de buscar ahora una forma de liberarte mientras respondes a mi pregunta.- Volvió a ejercer presión en mi brazo.
Al pasar de los días, en cada entrenamiento que teníamos, Manuel ejercía más de su fuerza y tácticas contra mí. Mi deber siempre era buscar una forma de liberarme o atacar de vuelta, pero no podía parar de pensar en su pregunta. Cada práctica se hacía más difícil para mí por tener que intentar algo nuevo.
-Y-Yo... ¿Cómo lo sabes?- Dije, refiriéndose a su pregunta.
-Bueno, ustedes dos son bastantes cercanos. No me extraña que siempre quiera protegerte. Solo hay que ver cómo te mira- Manuel se mantenía atento ante cualquier movimiento que podía utilizar en su contra.
Sus palabras me dejaron un poco confundida.
¿Cercanos? ¿Eylan y yo?
Pensé en una manera de liberarme. Con mi brazo libre, intenté golpearlo con mi codo, pero rápidamente esquivó mi golpe, moviéndose hacia la derecha donde seguía ejerciendo presion.
-¿A qué te refieres con que somos cercanos?
-Bueno, siempre los veo juntos. Rubén no se separa de ti desde que te enfrentaste a Alessandro.- Habló tranquilamente mientras me explicaba su punto. Noté la mala posición de sus pies mientras ideaba un plan.
Mi mente hizo click en ese momento, y no pude evitar reír ligeramente. El beta me miró raro.
Con que se refería a Rubén. Que tonta soy.
-¿Me vas a contar un chiste? Yo también quiero reírme un rato. Suelo ser bastante chismoso.
-De acuerdo, pero no creo que te haga gracia...
Aproveche su atención en mis palabras. Crucé mi pierna derecha con la suya, y en un rápido movimiento lo hice hacer tropezar hacia atrás mientras lo empujaba también con mi cuerpo, haciendo que soltara su agarre en mi brazo. Él me miró con una pequeña sonrisa orgullosa al verme actuar más rápido.
-Vaya... Veo que estás aprendiendo, conejita. Esa fue una buena forma de utilizar las patas.- Siguió tendido en el suelo cerca de mi, mientras me miraba con una sonrisa un poco extraña. Una señal muy clara de que no se quedaría con los brazos cruzados- Pero no debes bajar la guardia.
Su pie se cruzó con los míos, y con un rápido movimiento, me hizo tropezar de un golpe. Igual como yo lo había hecho con él. Caí sentada en el suelo mientras mi trasero amortiguaba mi caída. Intenté acariciar la zona afectada por el golpe.
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A quien menos imaginé.
Loup-garouKayla Johnson, una chica que fue molestada de pequeña por alguna extraña razón que no conoce. El día de su cumpleaños, luego de su transformación como loba, ella detecta el olor de su mate. Su corazón salta, pero no sabe a quien encontrará luego de...