CAP 20

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∆POV JENNIE

Después de escuchar los rumores de que Suzy casi besa a Leo, sentí una ira tan profunda que lo primero que pensé fue en ir a reclamarle. El enojo me quemaba por dentro, pero luego recordé que Leo me había pedido espacio. De inmediato, me sentí aún peor. ¿Era este el espacio que él quería? ¿Para poder ver a otras chicas sin que yo me interpusiera? La tristeza y el enojo se mezclaban en mi pecho, formando un nudo que no podía desatar.

Decidí que lo mejor sería ignorarlo. No quería hablarle, no quería que me viera vulnerable, y mucho menos quería darle la oportunidad de explicarse si eso significaba que lo estaba haciendo para excusarse por estar con otras chicas. Cuando lo vi en el pasillo, esperándome con mi maqueta en las manos, sentí una punzada en el corazón. Su mirada estaba llena de ternura, y me dolió profundamente tener que fingir que no me importaba. Cuando se acercó para besarme, simplemente volteé la cabeza. No podía soportar ninguna muestra de amor de él, no mientras esos mismos labios pudieran estar destinados para otra mujer. No podía soportar la idea de que estuviera besando a otra, como la chica del bar... o peor aún, a Suzy.

Cada vez que Leo me preguntaba si estaba bien, si había hecho algo malo, o si alguien me había molestado, quería responderle, quería decirle la verdad, pero la rabia era demasiado fuerte. No podía. Solo le respondí cuando me preguntó si no me había gustado la maqueta que había hecho para mí. Le dije que me había quedado hermosa, y no era mentira. No sabía que Leo podía ser tan bueno armando algo tan complicado. Era su esfuerzo el que me conmovía, y aunque no importara la calificación que obtuviera, siempre amaría el gran trabajo que había hecho para mí.

Cuando estábamos en la cafetería, él incluso me trajo mi comida favorita, pero las palabras se atoraron en mi garganta. No pude ni siquiera agradecerle como es debido, y vi la tristeza en su rostro. Me dolía verlo así, pero cada vez que intentaba acercarse, como cuando intentó tomarme de la cintura, lo aparté. Sabía que en el fondo ambos estábamos lastimándonos, pero Leo tenía que entender que no podía comportarse como si nada hubiera pasado.

Lo que más me desarmó fue cuando me dejó en el salón. Me abrazó por la espalda, susurrándome que me amaba, que no sabía qué había hecho mal, pero que lo habláramos después de clases. Su voz era sincera, y por primera vez sentí una pequeña chispa de alivio. Quizás Leo aún se preocupaba por nosotros, por nuestra relación. Tal vez todavía le importaba lo suficiente como para intentar arreglar lo que sea que estuviera mal.

Solo espero que, cuando finalmente hablemos, pueda hacerle ver cuánto me dolió todo esto. Necesito que entienda que no puede simplemente pedirme espacio y luego dejarme en la incertidumbre de lo que realmente está sucediendo. Pero por ahora, tendré que seguir adelante y esperar que las palabras lleguen cuando sea el momento adecuado.

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Llegué a mi clase de artes con la maqueta en mis manos, sintiendo cómo los nervios empezaban a instalarse en mi pecho. El maestro había comenzado a revisar los proyectos de mis compañeros, y cada vez que llamaba a uno de ellos, mi corazón latía más rápido.

Cuando llegó el turno de Rose, la vi acercarse con seguridad. El maestro examinó su maqueta con atención y, tras un momento de silencio, sonrió satisfecho.

-Rose, esto es magnífico. El detalle en las ventanas es impecable, y las proporciones son perfectas. Has cuidado cada pequeño aspecto, desde la estructura hasta la decoración interior. Un trabajo verdaderamente espléndido. -dijo, mientras asentía. Luego, con una sonrisa, agregó- Te mereces un diez, sin duda alguna."

Rose regresó a su asiento con una sonrisa enorme y me lanzó una mirada cómplice. Yo intenté calmarme mientras los demás pasaban uno por uno, hasta que escuché mi nombre.

Tóxica -Jenlim - Jenlisa -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora