CAP 25

220 24 0
                                    

POV LEO

Han pasado tres semanas desde que empezamos la terapia, y tengo que admitir que no esperaba que fuera tan efectiva. Vamos tres veces por semana, y aunque al principio todo parecía más difícil, ahora veo cómo poco a poco nos ha estado ayudando, tanto a Jennie como a mí. Las cosas han mejorado. Jennie sigue siendo un poco celosa, eso no ha cambiado del todo, pero ahora maneja las cosas de manera diferente. Antes, cuando tenía uno de sus ataques de celos, siempre terminábamos discutiendo y a veces hasta me golpeaba por la frustración. Pero últimamente, cuando se siente así, en vez de reclamarme, simplemente me deja de hablar por un rato.

Es raro, pero prefiero eso a los gritos o golpes. Al final siempre terminamos pidiéndonos perdón y arreglándolo. Lo mejor de todo es que ya no me golpea cuando se siente superada por sus emociones. Eso me hace sentir que estamos mejorando. Jennie realmente ha estado haciendo un esfuerzo, y yo también.

Hoy estamos en mi casa. Nos sentamos en el sofá de mi habitacion, y la sesión de besos que empezó como algo suave y tranquilo pronto se volvió un poco más apasionada. Jennie estaba sobre mí, pero decidí cambiar las cosas y la acosté debajo de mí, con intenciones de continuar. Sin embargo, justo cuando iba a seguir, Jennie me detuvo, poniendo su mano en mi pecho.

-¿Qué pasa? -le pregunté, un poco confundido.

Ella me miró con una pequeña sonrisa, y su respuesta me dejó completamente incrédulo.

-Recuerda que estás castigado -dijo, como si fuera lo más obvio del mundo.

Me quedé paralizado, mirándola, tratando de procesar lo que acababa de decir.

-¿Castigado? -repetí, sin poder creerlo- Jennie, ¿en serio? ¡Han pasado semanas! ¿Por qué sigue en pie ese castigo?

Ella suspiró, manteniendo la calma mientras me miraba con esa expresión que siempre ponía cuando creía tener la razón.

-Por lo que pasó ayer, Leo. Joy te estaba abrazando y tú no hiciste nada al respecto.

Rodé los ojos, ya que esto había sido un malentendido. Lo habíamos discutido antes, pero aún seguía siendo un problema para ella.

-Ya te expliqué que fue solo un abrazo. No significó nada, Jennie -le dije, tratando de razonar con ella.

Ella asintió, pero aún así, no se movió de su postura.

-Lo entiendo -respondió-, pero eso no cambia que sigues castigado.

Solté un suspiro largo, resignado. Me dejé caer a su lado, sin decir nada más, con la tristeza visible en mi rostro. Jennie, al verme así, se inclinó sobre mí y comenzó a llenarme de besos en la cara, uno tras otro. Eso siempre me hacía reír, aunque intentara ocultarlo.

-Si hoy te portas bien, tal vez haya algo más luego -me dijo en un susurro juguetón.

Eso captó completamente mi atención. Me giré hacia ella, mis ojos llenos de esperanza y emoción.

-¡Prometo que me voy a portar muy, muy bien! -dije con el entusiasmo de un niño pequeño al que acaban de prometerle su juguete favorito.

Jennie rió suavemente al ver mi reacción.

-Eso es lo que quiero ver, Leo -dijo mientras se levantaba de la cama- Ahora, es hora de prepararnos para la escuela.

La vi dirigirse hacia el baño, y no tardé en seguirla. Nos metimos a bañar juntos, y el ambiente seguía siendo ligero y juguetón. Estaba claro que, aunque Jennie seguía siendo celosa y controladora a veces, también estaba aprendiendo a relajarse más y a confiar en mí. Eso era lo más importante para mí.

Tóxica -Jenlim - Jenlisa -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora