Tóxica -Jenlim - Jenlisa -

CAP 52

∆POV JENNIE

Después de llegar a la escuela, lo primero que hice fue ir al casillero de Leo. Sabía que esa era la única forma de poder hablar con él antes de que empezaran las clases. Lo había pensado durante toda la noche, repasando en mi mente cómo iba a disculparme, cómo iba a explicarle que había entendido la lección, que de verdad quería cambiar. Ya no quería cometer los mismos errores, estaba decidida a pedirle perdón.

Esperé. Y esperé. El tiempo pasaba y Leo no llegaba. Miraba el reloj cada pocos segundos, y cada vez que escuchaba pasos acercándose, mi corazón se aceleraba, pensando que tal vez era él. Pero no. Ya estaba a punto de sonar el timbre. Decidí buscarlo con la mirada una vez más, cuando de repente, lo vi. A unos pasos de mi casillero. Pero no estaba solo.

Lo primero que noté fue la chica que estaba con él. Mi mirada fue directo a la de Leo, y en ese instante, nuestras miradas se encontraron. Su expresión se congeló, igual que la mía, pero el golpe en el pecho que sentí fue más fuerte de lo que pude manejar. El dolor, el enojo... todo se mezcló de golpe.

Y luego vi sus manos. Entrelazadas con las de ella. Sentí cómo el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande, apretándome, sofocándome. No sabía si correr hacia él y gritarle, reclamarle por lo que estaba haciendo, por cómo había sido capaz de traicionarme tan rápido, o si simplemente debía salir corriendo de allí y romper en llanto.

Opté por lo segundo. Retrocedí un par de pasos, sentí que las lágrimas se acumulaban detrás de mis ojos, pero no podía permitir que cayeran aquí, no delante de todos. Me di la vuelta, caminando rápido para salir de allí antes de que todo se desmoronara.

No podía creerlo. ¿En serio Leo había mandado todo a la mierda en una sola noche? ¿Todo lo que habíamos construido? ¿Todo lo que habíamos pasado juntos? Había estado todo el día sufriendo, reflexionando, buscando cómo enmendar lo que hice... ¿y ahora él estaba de la mano con otra chica?

El enojo me invadió completamente. ¿Cómo pudo ser tan fácil para él? ¿Cómo podía caminar por ahí como si nada, después de todo lo que habíamos sido? Me dolía, me ardía por dentro, pero más que todo, estaba furiosa. Furiosa porque había creído en sus promesas. Furiosa porque, mientras yo estaba dispuesta a pelear por lo nuestro, él ya había decidido dejarlo todo atrás.

No podía evitar sentir que todo había sido una mentira.

Me fui al baño. Necesitaba un respiro, necesitaba escapar de todo por un momento. Me miré en el espejo, y por un segundo pensé en romper en llanto, dejar que todo saliera. Pero me detuve. Tenía que entrar a clases, y no podía hacerlo con el maquillaje arruinado, con los ojos rojos de llorar. No aquí, no ahora. Pero el nudo en mi garganta se hacía cada vez más difícil de soportar.

Necesito una explicación de Leo. Necesito saber si todavía hay algo de nosotros, de lo que alguna vez fuimos. ¿Todavía existe un Leo y Jennie? Estoy a punto de perder la cabeza, y lo peor es que no sé ni cómo llegamos a este punto.

El timbre estaba a punto de sonar, pero decidí que me tomaría un respiro. Voy a buscar a Leo antes del descanso. Necesito que me explique, necesito respuestas. Tal vez, solo tal vez, pueda relajarme hasta entonces. Mientras caminaba hacia mi salón, me invadían las preguntas.

¿Fue todo culpa mía? ¿Acaso lo que hice estos días, hablando de Kai como si fuera lo mejor del mundo, lo llevó a alejarse de mí? ¿Fui yo la que arruinó todo, o fue Leo quien decidió que ya no valía la pena? No sé en qué momento todo se fue al carajo. Reflexioné tanto, buscando una solución, buscando arreglar lo que hice. Pero ahora, ¿de qué sirvió?

Justo cuando estaba a punto de entrar a mi salón, lo vi. A lo lejos, allí estaba Leo. Y no estaba solo. Estaba con la misma chica. Mi corazón se rompió en mil pedazos. Lo vi abrazándola, y lo que más me dolió fue verlo sonreír con ella, como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo. Se veía feliz.