Tenemos un trato?...

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—Hola —dijo una voz suave, resonando como un eco familiar en mis pensamientos.

Me giré, encontrándome con alguien que no reconocía, pero que, de alguna manera, sentía que conocía desde siempre.

—Hola —respondí, insegura, sintiendo que algo no encajaba, pero sin saber qué era.

—¿Quién eres? ¿Te conozco? —pregunté, mi voz vacilante mientras buscaba en sus ojos una respuesta.

—Sí y no —respondió, como si fuera la cosa más sencilla del mundo.

Fruncí el ceño, confundida y volví a preguntar.

—¿Quién eres?

—Soy tú.

—¿Eres yo?

—Sí.

—No entiendo. ¿Cómo puedes ser yo? Yo soy yo...

—Bueno, es una larga historia.

—Creo que tengo el tiempo, ¿no?

...  Tiempo después...

—El alma guarda recuerdos, Yelena. Esa es la razón por la que estás aquí ahora.

—¿Quieres decir que la razón de que mi vida haya sido un desastre es porque nuestras almas se equivocaron de lugar cuando hiciste el hechizo o algo así de separación?

—La mía tampoco fue perfecta. Solo tuve un poco más de suerte. Al menos tú tuviste a alguien que te quiso, Yelena.

—¿Mi tía?

—...

—He estado vagando en un ciclo interminable. Mi única meta era encontrarte y unir nuestras almas, pero siempre había algo que salía mal...

—¿Cómo es eso?

—La primera vez que intenté encontrarte, perdí la capacidad de oír, y tú la de caminar. Fue como una advertencia... No tengo tiempo para explicarte todo, pero debes tener cuidado. Al unir nuestras almas, no sé qué podría suceder. Solo recuerda todo lo que has vivido en tu vida anterior: ese odio, esa repugnancia. Podrían repetirse, ya que aún no estamos completamente unidas.

—Lo entiendo... Soy tú, y tú eres yo. Creo que estaré bien si hago las cosas bien esta vez, ¿no?

—No lo sé. Parte de lo que te he dejado ver podría cambiar solo por el hecho de que seas tú.

—Estaré bien... Estaremos bien.

—Cuando despiertes, recordarás más cosas... Debes sobrevivir hasta que llegue el momento.

—Lo intentaré.

—Yelena, antes de irme, quiero decirte algo.

—¿Sí?

—******

—¿Qué quieres decir con eso?

—Ya lo sabrás...

(Sonido de jadeos...)

—Estás despierta...

—¿Perdonada...? —mi voz se quebró por unos segundos mientras trataba de seguir la voz y ver quién me hablaba. Lo suficiente por el momento, ya que vi a Elijah sentado cómodamente en un sillón.

—Parecías haber tenido un sueño complicado —dijo Elijah, inclinando su cabeza hacia mí.

Lo miré por unos segundos, reflexionando sobre lo que acababa de pasar. Nunca pensé que realmente yo era una bruja que tuvo que dividir su alma para sobrevivir. Pero lo más loco no es eso... lo más loco es que The Vampire Diaries es real y no solo una serie como siempre creí.

Quiero un final feliz [TVD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora