Debo admitir que anoche hubo mucho de qué hablar, pero más allá de eso, hoy me siento como si me hubiera caído un rayo. Me quejé mientras bajaba las escaleras, dándome palmaditas en el hombro. Debí ser masajista en mi vida pasada, murmuré, estirando el cuello para aliviar la tensión.
Justo cuando llegué al último escalón, sonó la puerta. Me dirigí a abrirla, aunque no pude evitar echar un vistazo a Elena, que estaba en la cocina preparando un sándwich que ya planeaba robarme en cuanto tuviera la oportunidad.
—Hola... ¿podemos hablar? —preguntó Stefan en cuanto abrí la puerta, sin rodeos.
Lo observé unos segundos antes de voltear hacia Damon, que estaba justo detrás. Luego volví a mirar a Stefan, fingiendo inocencia.
—Tú debes ser Stefan, ¿no? —pregunté con una sonrisa a medias. Técnicamente no lo conocía, así que lo mejor era actuar como tal.
—Ehm... ¿Elena? —murmuró, claramente confundido.
—No, pero la llamaré —respondí con calma, dándome la vuelta para buscar a Elena.
Ella vino casi de inmediato, y yo aproveché la oportunidad para escabullirme hacia la cocina. Esos sándwiches no van a desaparecer solos, pensé mientras me acercaba a mi objetivo.
—Oh... son ustedes —escuché a Elena decir, con un tono que no sugería sorpresa si no un oh vaya que quieren.
Estuvieron un rato en silencio, claramente pensando en cómo abordar el tema, hasta que Stefan finalmente habló.
—Tenemos que hablar...
—¿Por qué? —preguntó Elena, claramente poco convencida.
—Fuimos a ver a Katherine —dijo Stefan.
—Shh... —murmuró Elena, intentando que no escuchara lo que discutían.
Me atraganté un poco con el pan al ver cómo lo arrastraba fuera de la casa, probablemente para mantener la conversación fuera de mi alcance. Sí, claro, como si no supiera de qué va todo esto.
En fin, tomé todos los sándwiches que pude y subí de nuevo las escaleras, alejándome de cualquier perturbación. Realmente no me importaba lo que hablaran, ya sabía de qué trataría todo el asunto.
Después de escabullirme con los sándwiches y disfrutar de un poco de tranquilidad, llegó el momento de enfrentar mi primer día en la escuela. Me cambié rápidamente, optando por algo cómodo pero con estilo, ya que quería causar una buena impresión sin parecer que lo había intentado demasiado. Primer día... en este universo al menos, pensé con un toque de sarcasmo ya que nunca había ido a la escuela en mi vida anterior aun mi otra es la experta.
Al llegar, noté que el ambiente era justo como lo había imaginado: lleno de estudiantes que parecían más preocupados por el drama adolescente que por aprender algo bueno si se veía divertido. Caminé por los alrededores, tratando de mantener un perfil bajo, pero sabiendo que eso no duraría mucho. Justo cuando pensé que las cosas iban a ser relativamente tranquilas, vi a Bonnie junto a un chico que reconocí de lejos. Luka, ¿no? Suspiré al recordar su final que pena y mas por Bonnie.
Mientras me acercaba, el viento comenzó a arremolinarse a su alrededor de manera teatral. Oh, por favor me acabo de arreglar el cabello, pensé, poniendo los ojos en blanco. Claramente no tenían nada mejor que hacer. Caminé hacia ellos mientras el viento se calmaba, y decidí hacer mi entrada.
—Hola, Bonnie —saludé con una sonrisa, notando la confusión en su rostro.
—Elena, ¿qué haces aquí? —preguntó, obviamente pensando que era su querida amiga.
—Bonnie, no soy Elena. Hello, ¿no me extrañaste? —respondí, levantando una ceja mientras trataba de contener una sonrisa divertida.
Bonnie parpadeó varias veces antes de que la realización la golpeara de lleno. Sus ojos se abrieron de par en par, y de repente un grito emocionado escapó de sus labios.
—¡Yelena! —exclamó antes de lanzarse hacia mí, rodeándome con un abrazo entusiasta.
—Wow, eso sí que es un saludo —dije, riendo mientras la abrazaba de vuelta—. Parece que sí me extrañaste, después de todo.
—¡Es que ha pasado tanto tiempo! —dijo emocionada, alejándose un poco para mirarme de arriba abajo—. No puedo creer que estés aquí, pensé que no volvería a verte.
—Bueno, sorpresa —dije, encogiéndome de hombros—. Aunque, claro, todos aquí parecen siempre pensar que soy Elena.
—Es que se ven tan... iguales —comentó Luka, que hasta entonces había estado observando en silencio.
Lo observé de reojo, recordando vagamente su conexión con los problemas mágicos de Mystic Falls. Luka no parecía tan sorprendido como Bonnie, pero en sus ojos había una chispa de curiosidad, como si ya hubiera escuchado algo sobre mí.
—¿Y tú eres...? —pregunté con una sonrisa, fingiendo no saber quién era, aunque en el fondo sospechaba que su padre ya le habría mencionado que existía otra "Elena" por aquí que sabia cosas....
Luka sonrió levemente, pensativo, mientras Bonnie soltaba una pequeña risa.
—Él es Luka Martin, un amigo que se mudó hace poco a Mystic Falls —respondió Bonnie rápidamente, mientras miraba de reojo a Luka—. Y Luka, ella es Yelena, la hermana de Elena.
—Oh, un placer. —Le ofrecí una sonrisa juguetona—. Por si no lo notaste, soy la gemela de Elena —dije, bromeando mientras me cruzaba de brazos, tratando de mantener la situación relajada.
Intenté mantener el ambiente ligero, aunque la situación ya estaba un poco incómoda. Y, como si fuera una señal divina para romper el momento, Jeremy apareció de la nada con un comentario:
—Vaya, qué loco el clima, ¿no? —dijo, dándome un codazo.
—Es el calentamiento global —soltó Luka, mirándolo con seriedad, pero a la vez no.
No pude evitar soltar una carcajada.
—Sí, claro, el "calentamiento global". —Lo miré con una sonrisa burlona, disfrutando del momento.
Luka se rió nerviosamente y luego, me miró, luego a Jeremy, y finalmente decidió despedirse.
—Bueno... o lo que sea —murmuró antes de mirar a Bonnie y decir adiós.
Qué incómodo, pensé mientras lo veía alejarse.
—Es raro, ¿no crees? —comentó Jeremy, rompiendo el silencio.
Antes de que Bonnie pudiera responder, intervine con una sonrisa de complicidad.
—Ser raro es bueno. Hace la vida más interesante, ¿no lo crees?
Bonnie sonrió, relajando el ambiente un poco, pero justo en ese momento su teléfono sonó, y vi cómo su expresión cambiaba de golpe. Decidí no preguntar.
—Bueno, tengo que hacer algo en la orientación. Ustedes sigan hablando y me cuentan todo lo que me perdí después, ¿ok? —dije, antes de excusarme, dejándolos a solas mientras caminaba hacia la oficina de orientación.
Después de salir de la orientación con mi horario de clases en la mano, suspiré. Vaya, madre..., pensé mientras me dirigía al campo. A lo lejos, vi a Caroline hablando con Tyler. Según los recuerdos de este cuerpo, Caroline y yo no éramos muy cercanas, y había razones para ello, pero admito que Caroline había cambiado mucho. De hecho, se había convertido en uno de mis personajes favoritos. La observé desde la distancia con tranquilidad, aunque algo en mi interior me impulsaba a pensar en otra cosa.
¿Y si voy a conocer a Katherine? Todos están ocupados ahora, y sé exactamente dónde esta. Quizá debería aprovechar esta oportunidad...
Miré mi horario de nuevo y lo guardé en mi bolsillo con una sonrisa de decisión. Bueno, creo que me saltaré mi primer día de clases.
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Quiero un final feliz [TVD]
أدب الهواةToda mi vida fue un ciclo interminable de días iguales, atrapada en un cuerpo que apenas respondía. No podía moverme, ni siquiera hablar, solo existía. Lo único que me mantenía cuerda era una serie de televisión: The Vampire Diaries. Me la pusieron...