Diario de un chico malo ||L.S.

Epílogo.

La cafetería de la escuela estaba llena. Un chico nuevo había llegado al colegio y observaba con interés las diferentes mesas que se encontraban en la cafetería, identificando el grupo de personas que ocupaba cada una.

De pronto, él vio a lo lejos un chico solitario. Él tenía gafas y las acomodaba reiteradas veces parecía nervioso, intimidado inclusive. Sintió ganas de ir hasta él y hablarle. Porque realmente no era feo...

''¿Qué miras?'' preguntó su compañero de mesa.

''¿Quién es él?'' inquirió con interés, señalando al muchachito tímido de la mesa del fondo.

''Él es Harry, y más vale que no pongas tus ojos en él'' advirtió su amigo ''es el novio de Louis. Si intentas acercarte a él su novio te matará. Si quieres mantener tu cabeza sobre tu cuerpo, es mejor que te alejes. Yo que tú tomaría el consejo''.

Estaba a punto de preguntar quién era ese tal Louis y por qué infundía tanto miedo, cuando miró que a la mesa del chico con gafas se acercaba un tipo lleno de tatuajes, con aspecto amenazante y con el ceño fruncido. Tenía un expansor en el oído derecho y un pircing en el labio.

Cuando llegó hasta el chico de la mesa, se inclinó y besó sus labios en un dulce beso, pareció decirle algo, pero no lo entendió. Harry sonrió y se sonrojó.

Justo como si Louis sintiera su mirada, alzó su rostro y lo miró fijamente, intimidándolo. El chico asustado desvió la mirada y se puso pálido. No volvería a ver a Harry.

(...)

Louis llegó a su departamento algo cansado, se desplomó en el sofá y encendió la TV.

Estaba tan feliz por su relación con Harry, que no hacía más que crecer. Inclusive habían llegado a tocar el tema del matrimonio. Era su último año de escuela, así que las probabilidades de casarse eran cada vez más altas.

Se recostó y volteó su cabeza, en una mesita vio la libreta de cuero negra que tanto había ocupado en el pasado. La tomó y vio su última anotación en la página 32.

Sonrió al recordar ese día, el día en que le había confesado a Harry que también le gustaba.

Tomó una pluma y comenzó a escribir en lo que sería, la última página.

Hola, querido y estúpido diario.

Al fin te he podido decir ''diario'', supongo que hemos superado la fase de negación, ¿no es así?

Pero esta vez, vengo a darte la despedida. Es la última vez que te escribiré.

Es más difícil para mí que para ti, créeme. Me duele dejarte, pero ya has cumplido tu trabajo conmigo. Me diste la solución a mis problemas, me diste el valor para querer tener a Harry a mi lado.

Él es hermoso ¿sabes? Cada vez que tuve un ataque de ira, él tomaba mis manos, eso me calmaba. Los toques fueron convirtiéndose en besos y eso erradicó por completo mis problemas.

Ahora el único problema es que tengo el miedo constante de perder a Harry.

Pero eso jamás pasará, porque él me jura que siempre estará conmigo en las buenas y en las malas. Harry no es un mentiroso así que depositaré mi confianza en él.

He estado muy ocupado con él que ya casi no he tenido tiempo para ti, lo siento. Hemos salido al cine, a comer, a pasear inclusive a jugar...

¿No te lo dije? Estoy de novio con Harry desde hace seis meses, supongo que todo es gracias a ti, así que te lo agradezco.