Capítulo 5: Entre aconsejar y sentir

300 32 16
                                    


A veces el pasado vuelve cuando menos lo esperas, como una brisa suave que arrastra consigo recuerdos imposibles de ignorar.

Alessandra dejó escapar un suspiro largo mientras bajaba los escalones de la casa familiar. Era temprano, y el aroma a café recién hecho flotaba en el aire. El sol comenzaba a colarse por las ventanas, llenando de luz la estancia. A pesar del ambiente cálido y familiar, una inquietud persistía en su pecho. Sabía que había más que recordar en este regreso a Monterosso, algo que había permanecido enterrado en lo profundo de su memoria.

Caminó hasta la cocina donde Ruby, su madre, estaba sirviendo dos tazas de café. El sonido de las cucharas removiendo el azúcar rompía el silencio.

—Siempre supe que regresarías, Alessandra —dijo Ruby, entregándole una taza.

Alessandra sonrió, aunque había un leve tinte de nostalgia en su gesto— No estoy tan segura de eso mamá, hubo momentos en los que pensé que no lo haría.

Ruby la observó con ojos comprensivos, su mirada penetrante pero cargada de cariño. Se sentaron juntas en la mesa de la cocina, ambas tomando pequeños sorbos de sus tazas.

—Sabes, —comenzó Ruby— A veces, las cosas que intentamos dejar atrás tienen una forma peculiar de alcanzarnos cuando menos lo esperamos. Monterosso... y todo lo que ocurrió aquí, siempre serán parte de ti.

Alessandra asintió en silencio. No podía evitar que mente regresará a esos momentos que había dejado en el pasado. Momentos que, hasta este mismo instante, había intentado olvidar.

❀ 𓇼 ❀

Era una tarde calurosa en Monterosso, y Alessandra y Victoria estaban en su habitación, completamente solas. El sonido distante de las olas golpeando la costa se mezclaba con el susurro del viento que se colaba por las ventanas abiertas. Alessandra, de 19 años, no podía evitar sonreír al sentir la presencia de Victoria tan cerca.

Victoria se giró hacia ella, con una sonrisa traviesa entre sus labios. Su cabello castaño brillaba bajo la luz tenue que entraba en la habitación— Tienes algo en mente —murmuró mientras acariciaba suavemente la mejilla de Alessandra.

Alessandra rió en voz baja, entrelazando sus dedos con los de Victoria— Tal vez —susurró, acercándose más a ella. El calor entre ellas era palpable. La distancia, la anticipación, todo parecía desvanecerse en ese instante.

Victoria le robó un beso corto y bajó su mano a su trasero para apretarlo por encima de la tela.

Alessandra se sonrojó, como siempre lo hacía cuando Victoria hacía cosas así. Desvió la mirada un segundo, pero los dedos de Victoria en su barbilla la obligaron a volver a mirarla.

—Quiero que me mires. Quiero que recuerdes esto —dijo Victoria, acercándose hasta que sus labios volvieron a rozar los de Alessandra— Sabes que no puedo resistirme cuando me miras así —la mirada de Victoria se oscureció con deseo.

Alessandra la atrajo hacia ella, sus labios encontrando los de Victoria con una mezcla de pasión y ternura. El mundo exterior desapareció, y todo lo que importaba era ese momento. Sus besos eran lentos al principio, pero pronto se convirtieron en una vorágine de emoción, de deseo contenido durante días en los que no habían tenido tiempo a solas.

Sus cuerpos se entrelazaban, moviéndose con una sincronía que solo los días y meses de complicidad podían ofrecer. Victoria deslizó sus manos por la cintura de Alessandra, acercándola aún más, hasta que no quedó espacio entre ellas. Las respiraciones se aceleraron, el aire se volvía más pesado, cargado con el deseo latente que siempre habían compartido.

Ecos de Un Verano || Young Miko (Un amor de verano II) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora