Ecos de Un Verano || Young Miko (Un amor de verano II)

Capítulo 7: Aguas silenciosas

El mar siempre guarda los secretos más profundos.

Las palabras de Victoria aún flotaban en el aire, suspendidas como si el tiempo se hubiera detenido para permitirle a Alessandra procesarlas.

"Me gustaría tener otra oportunidad contigo... si me lo permites." Esa siempre frase había desatado un torbellino de emociones que Alessandra no había anticipado. Su cuerpo se había tensado, su mente se sentía bloqueada. Jamás imaginó que Victoria, la mujer que había causado tantas heridas, volviera a estar frente a ella pidiendo otra oportunidad, pidiendo ser parte de su vida de nuevo.

Victoria continuó hablando, aunque cada palabra parecía estar llena de dudas, como si temiera la reacción de Alessandra.

—Sé que en el pasado fui muy tonta y cometí muchos errores... —su voz estaba cargada de una sinceridad que Alessandra no recordaba haber escuchado antes—. Perdí a la persona que más me importaba, por mi orgullo, por no saber cómo manejar lo que sentía... —Victoria bajo la mirada un momento, y Alessandra pudo ver la vulnerabilidad en sus ojos—. No puedo cambiar el pasado, no puedo borrar lo que pasó, pero... si me das la oportunidad, quiero ser mejor. Quiero intentar de nuevo. Solo si me dejas.

Las palabras golpearon a Alessandra como una ola inesperada. El mar de Monterosso, tranquilo y predecible en su rutina de oleaje, no podía compararse con el torbellino de emociones que sentía en ese instante. Quería hablar, quería decir algo, pero las palabras no le salían. Su mente era un caos: el pasado, los recuerdos, las promesas rotas y el dolor aún latente. Había sido un amor intenso, de esos que te marcan para siempre, pero también había sido un amor lleno de errores, de inmadurez, y de una distancia que terminó por destruir lo que alguna vez las había unido.

Victoria estaba allí, de pie frente a ella, pero Alessandra se sentía a kilómetros de distancia, atrapada en su propia confusión. "¿Una segunda oportunidad?" Las preguntas empezaron a acumularse. "¿Cómo podría confiar de nuevo? ¿Y si vuelve a salir mal? ¿Y si todo termina peor de lo que ya fue?" Pero también estaba la pregunta que no podía ignorar: "¿Y si no lo intento y me arrepiento para siempre?"

Victoria permanecía en silencio, esperando con paciencia una respuesta. Alessandra se mordió el labio, mirando a su alrededor, buscando algo, cualquier cosa que la ayudara a encontrar claridad. Pero lo único que sentía era ese nudo en el pecho, esa presión constante que la obligaba a enfrentar sus propios miedos.

Finalmente, inhaló profundamente y dejó salir el aire en un suspiro tembloroso.

—No puedo... —empezó, su voz suave, casi inaudible—. No puedo darte una respuesta ahora mismo, Victoria. Es... demasiado. Necesito tiempo. Necesito pensar.

Victoria asintió, entendiendo más de lo que Alessandra esperaba. En sus ojos aún brillaba una chispa de esperanza, pero también había resignación. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesta a esperar.

—Tómate el tiempo que necesites —dijo con calma—. No quiero presionarte. Solo quiero que sepas que estaré aquí, esperando.

Alessandra asintió levemente, pero no dijo nada más. Giro sobre sus talones y se dirigió hacia la salida de librería, sintiendo que el aire a su alrededor se volvía más pesado con cada paso. Cuando finalmente cruzó la puerta, el mundo exterior la recibió con la calidez del sol, pero ella apenas lo notaba.