No es tan hermoso de lejos como lo es de cerca

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La familia estaba desempaquetando las maletas, los padres de Sunoo dormirían en la habitación de invitados y Sunoo se quedaría con Jake.

Sunoo y Jake estaban en la habitación desempaquetando la maleta de Sunoo.

- Oye Jake, ¿ahora podría ir a la playa a pasear a Ttoki?- preguntó Sunoo mientras sacaba una camiseta.

- Sí, claro que puedes ir- dijo Jake mientras cerraba uno de los cajones ya llenos de ropa.

- Gracias, oye, ¿tienes algún juguete para perros?- preguntó Sunoo recordando que a Ttoki le gustan los juguetes.

- ¡Sí, por supuesto que tengo!, a Layla le gustan un montón- dijo Jake levantándose para coger una caja llena de juguetes que tenía guardada en el armario.

- Toma, coge el que quieras- le dijo Jake mientras le dejaba la caja delante.

Sunoo comenzó a mirar los juguetes y decidió coger un hueso masticable de color rosa.

- Este me sirve- dijo Sunoo mientras lo cogía.

- Genial- dijo Jake mientras devolvía la caja a su sitio.

- Vale pues, me voy ya, volveré en una hora más o menos- dijo Sunoo mientras se ponía de pie y se despedía de Jake.

- Vale Sunoo, adiós, que tengas un buen paseo- dijo Jake mientras seguía con la maleta.

- ¡Oh Jake!, por favor no sigas con la maleta, ya la hago yo cuando vuelva- dijo Sunoo tratando de no darle más trabajo a su primo.

- Vale Sunoo, luego seguimos entonces- dijo Jake siendo amable (menos mal que paró con la maleta, le iba a dar algo si seguía).

- Gracias Jake, bueno, ¡adiós!- dijo Sunoo mientras se acercaba a la puerta de la habitación para salir.

- ¡Adiós Sunnie, y no te pierdas!- le respondió Jake con una sonrisa.

- ¡Tranquilo que no me pierdo!- dijo Sunoo mientras se reía.

Sunoo salió de la habitación y bajó abajo para despedirse de los padres y para coger a Ttoki.

- Hola señora Sim- dijo Sunoo cuando la vio.

- Hola Sunoo, puedes llamarme por mi nombre cariño- le respondió Minjee al ver que el otro era formal con ella.

- A pues, ¡Minjee!, sólo quería decirle que voy a dar un paseo por la playa con Ttoki- dijo Sunoo vergonzoso porque la otra le dijo que no fuese formal.

- Vale Sunoo, puedes irte, yo aviso a tus papás, tranquilo, adiós- dijo Minjee mientras se despedía de Sunoo con un abrazo.

- Adiós Minjee, y gracias por todo- le respondió Sunoo feliz.

Sunoo salió de la casa con Ttoki, por la acera lo llevaba con correa pero en la playa ya le soltaba para que fuese a su bola pero no muy alejado de Sunoo.

Sunoo paseaba por la orilla de la playa y Ttoki corría por todas partes, hasta que Sunoo sacó su juguete del bolsillo, cosa que hizo que el perro viniese corriendo hacia él listo para correr detrás del juguete.

Lo que Sunoo no sabía era que un chico que también paseaba le estaba observando atentamente a unos metros de él.

- ¿Qué te pasa bonito?, ¿quieres el huesito?- decía Sunoo mientras le enseñaba el juguete Ttoki, quien estaba encantado con el juguete.

- ¡Ahí va!- Sunoo lanzó el juguete y Ttoki salió corriendo tras él todo emocionado, Sunoo se reía de su perrito, le parecía tan mono.

Ttoki alcanzó el juguete y volvió a Sunoo con él en la boca.

- ¿Otra vez?- dijo Sunoo mientras cogía el juguete del suelo y se lo volvía a lanzar.

Ttoki corrió detrás del juguete y lo agarró de nuevo. Se lo trajo a Sunoo otra vez.

- Vamos a por otra- dijo Sunoo volviendo a lanzarlo, pero esta vez el juguete se desvió un poco e iba directo a alguien.

¡Oh no mierda le va a dar en toda la cara!, pensaba Sunoo.

Pero ese chico cogió el huesito al vuelo antes de que pudiera estrellarse en su cara.

Menos mal.

Ttoki estaba confundido porque nunca vio el hueso caer al suelo.

Sunoo comenzó a correr hacia el chico quien ahora tenía el hueso, estaba dispuesto a disculparse por casi darle. Sunoo llegó al chico y no pudo mirarle a los ojos porque creía que tendría cara de enojado.

No es tan hermoso de lejos como lo es de cerca, pensó el chico.

- ¡Lo siento!, ¡perdón!, ¡casi te haces daño por mi culpa!- le dijo Sunoo amablemente queriendo que el otro notase toda la verdad.

- Tranquilo, no ha sido tu culpa- respondió el chico mientras veía cómo el otro se maldecía por dentro.

El chico observaba esos ojos preciosos de Sunoo que no le miraban de vuelta, nunca había procesado tanta belleza en su vida. Ese pelo rubio tan bonito y ese cuerpo tan perfecto. Esa voz tan dulce. Los labios.

Sunoo al notar en la voz que el otro no estaba enojado, se atrevió a mirarle a los ojos. Se miraron por unos segundos hasta que Sunoo apartó la mirada.

- ¿Me das el juguete por favor?- dijo Sunoo al desconocido estirando la mano para que se lo diera.

- Sí claro, aquí tienes- dijo el chico entregándoselo, sus manos se rozaron cosa que le produjo un hormigueo al chico.

- Gracias- después de eso, Sunoo corrió hacia su perro para seguir jugando.

El chico le observaba de lejos pero no lo hacía muy obvio.

Qué  lindo es.



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Quédate conmigo - sungsun/sunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora