Elisabeth, hija de Rapunzel y Eugene, siempre había sido aventurera.
Tras la llegada de los hijos de los villanos, su vida no volvería a ser como antes, sino mejor, y sería en cierto momento de pánico de Mal que ella vería una oportunidad para cumpl...
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*Style - Taylor Swift*
-Eyy, ahí vienen vuestros novios- canturreó Celia refiriéndose a Mal y Beth, quienes salieron corriendo del lugar para abrazarlos.
-¿Qué tal, tesoro?- preguntó Harry una vez la tenía en sus brazos.
-Genial, Uma y Mal ya se llevan bien.
-Me alegro- dijo dejando un beso en su cabeza.
-¡Ben!- una vez que la princesa había saludado a su novio, se acercó corriendo a su mejor amigo dejando atrás el miedo que había pasado por no saber dónde se encontraba este.
-¡Beth, qué alegría verte!- exclamó devolviéndole el abrazo y elevándola del suelo dando vueltas.
-Pues espero que te dure poco, que pareces una rata mojada.
-Gracias por los ánimos Beth, se agradecen.
-Pensamos que Audrey estará en la Cabaña de las Hadas pero no sabemos dónde está, ¿te ha llevado alguna vez?- le preguntó Mal a su novio, cortando la conversación que mantenía con la princesa.
-En las fiestas de Hada Madrina, ¿dónde está cuando la necesitas?- preguntó mirando a Jane.
-Ojalá lo supiera.
-Me alegra que ya os llevéis bien Uma- comentó Elisabeth mirándola, en un momento que cada uno se dispersó para hablar. Los piratas con los piratas, Jane y Carlos, y después, todos los demás.
-Ya sabes, las cosas cambian. Yo me alegro de que Harry y tú estéis bien de nuevo.
-Fue una tontería.
-Dug, ve con Jane, encontraremos a Hada Madrina- comandó el rey.
-Mejor alguien con más músculos- musitó Uma, ante las quejas del hijo de Mudito.
-Iré yo- se ofreció Gil, y todos coincidieron asegurando de que estarían más tranquilos.
El pirata junto a Jane y Dug se fueron en busca de la mujer, y todos los demás entraron para hacer un plan contra Audrey, mientras Lucas sacaba buñuelos y tarta para que los demás comiesen.
Elisabeth, mientras, se llevó a su novio para enseñarle cómo era su estudio. El chico miraba todo atentamente, impactado por la capacidad creativa que su tesoro tenía para crear miles de cosas. Desde la habitación acristalada hasta la zona de talleres, todo fue recorrido, y en la última parada, el pirata cerró la puerta detrás de él.
