Pequeña Realidad

14- Recuerdos.

"Que bien nos vendría un abrazo que nos acomode un poco. Que nos haga ver que no estamos tan solos. Ni tan locos. Ni tan rotos".

-Mario Benedetti.

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Olivia Garrett.
17 años.

Tres semanas después.

Estos días siento que los he vivido rodeada de mucha dicha, con mis amigos, mi familia y últimamente incluído un Asher Jones.

Nunca me he permitido conocer a una persona tan rápidamente como lo he hecho con él. Primeramente porque no suelo ser tan extrovertida como para conocer a varias personas en todo momento, como sería el caso de mis amigos, sobretodo Hugo. Él tiene un aura que te atrae en todo momento.

Éstas semanas han pasado rápido. Ya nos estamos acercando a navidad y siento que va a ser una temporada triste debido a la ausencia de mamá, y lo he notado en el rostro de mi padre últimamente. Sé que todo es cuestión de tiempo, que el dolor no es permanente, pero eso no quita este vacío que sentimos por su ausencia. Esta época le emocionaba mucho a ella, siempre nos despertaba temprano el primero de diciembre para adornar toda la casa. Creo que esa emoción venía de su niña interior.

Sonrío recordando como fue eso el año pasado.

«—¡Buenos días, alegría!–escuché a mi madre a lo lejos.

Yo apenas y podía abrir mis ojos. Casi no se veía la luz del sol de lo temprano que habría de ser.

—Mamá, ¿no crees que es muy temprano?–dije luego de dar un bostezo.—De alegría no tengo nada.

Me voy incorporando en la cama mientras veo que mi madre toda contenta abre las cortinas de mi cuarto y procede a arrojarme a la cara unos calcetines navideños.

—No se es muy temprano para recibir el último mes del año, mi niña.–se acerca y me da un beso en la frente.—Además, tu padre y hermano ya están abajo esperando por tí. Ponte los calcetines, hace mucho frío.

—¿Con temática navideña ya?–enarco una ceja, divertida.

Mi madre se encamina hacia la puerta, no sin antes responderme:

—Hija, ya sabes que te tocó una madre con fiebre navideña, disfruta de ello. No te tocaré de nuevo como madre en otra vida.»

Yo reí ante ese comentario, sin saber que este último mes del año ya no la tendría conmigo. Aunque hay una cosa que sí me gustaría creer; que en otra vida ella sea nuevamente mi madre. Sé que eso es imposible, pero se vale soñar, nunca está demás pensar que otra vida puede ser una nueva oportunidad para nosotros.

***

Lo que me propuse a mi misma es  hacer que tanto mis abuelos como mi padre y hermano no estén tan tristes en éstas fechas. A pesar de que mamá ya no esté con nosotros, hagamos que estos próximos días sean como ella los hubiese querido, y que la recordemos con una sonrisa en nuestro rostro.

Estamos en vacaciones del instituto, obviamente. Por la mañana me comuniqué con los chicos para reunirnos hoy por el atardecer en la cafetería dónde trabaja Asher para que se nos una de paso.