4-Cuentame Algo

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Olivia Garret.
17 años.

Me encuentro con Hugo y Adison en el café que se encuentra  cerca del parque al que suelo ir.

Decidimos salir aprovechando que el clima se encontraba mucho más pacífico -es sábado por cierto-. Estaba aburrida de estar encerrada en mi casa y me urgía salir con mis amigos.

Es tan increíble cómo nos podemos apegar tanto a una persona..., qué tan solo pensar en que tenemos que dejarla ir, o tan solo que esa persona te deje a ti... Duele.

Yo no sería quien soy sin estás dos personitas que tengo en frente, son tan importantes para mí...

—¡Os juro que casi me da un infarto! —Me sobresalta Adison, sacándome de mis pensamientos— ¿Cómo habéis podido hacer eso, Olivia?.

«Ya me perdí» pensé.

—¿El qué? —No tenía idea de lo que me hablaba.

Miré a Hugo en busca de respuestas, pero éste sólo se encogió de hombros.

—Ahora no sabéis —dijo ella cruzándose de brazos a la vez que enarcaba una ceja.

A ver... Es que en cuanto me "desconecté" de la conversación estaban hablando de la tarea de matemáticas.

Arrugé el entrecejo, entrecerrando los ojos.

—Es que... Estabais hablando de la tarea de mate... —me miró indignada.

—¿Estas de broma? —me preguntó.

Aunque en realidad creo que no...

Eh...

—Olivia, te he dicho que ¿Cómo habéis podido hablar con un perfecto desconocido? —aclaró—. Osea no has visto películas de esas en la que secuestran a la gente por hablar con extraños?.

¿Qué? Dios, que paranoia.

Y sobre eso... Hay algo que no os habéis contado.

Volqueé los ojos.

—Eres una pesada, Adison —intervino Hugo, que hace rato no decía nada.

—Tú calla, que también fuiste parte de ésta locura.

—Venga, deja el drama, Adi...

Pero no me dejó terminar porque me chistó.

¡Ash!

—Joder, Adison ¿podrías calmarte? —acabó con la poca paciencia que tenía.

¿Qué es lo que le pasaba?

Ya me estaba molestando su actitud. Entendía que le molestase pero...

Hice un ademán de levantarme pero enseguida me cogió del brazo.

Tenía la cabeza gacha.

Vale, algo le pasaba.

Hugo y yo le dimos una mirada preocupada.

—¿Pasa algo, Adi? —pregunté, aunque era evidente.

Y de la nada, empezó a llorar.

«Ay amiga, ¿qué te está pasando?»

Me acerqué a ella para abrazarla.

—Ya, ya. ¿Qué ocurre, Adi? Tú no sueles actuar así.

Hugo me lanzó una mirada de reproche.

Vale, puede que Adison si suela ser así, un poco dramática, pero no a tales  extremos.

—Es-es qu-que... —se sorbió la nariz. Apenas si hablaba.

—...Trevor, ha cortado conmigo.

Espera, ¿Qué?. ¿Por eso tanto escándalo?

¡¿Qué rayos?!

Entré en perfecto shock. Pero Hugo por el contrario, estalló en carcajadas.

Lo fulminé con la mirada. Vale que no era la gran cosa, pero tenía que apoyarla.

—Calla imbécil.—le reprochó, Adison con una mirada de pocos amigos, daba hasta miedo.

Pero de la nada empezó a llorar otra vez.

Ahora sí, yo la miré como si le hubiese salido otra cabeza.

Vale, mi amiga era bipolar.

—Adison, por favor, tienes que calmarte —le dije, acariciándole el pelo.

—Vosotros nunca entendeís.

Y así, se levantó de la silla y se marchó del café.

Ah, que agotador.

***

Luego de haber pasado por el parque a caminar un rato con, Hugo. Dados los acontecimientos respecto a Adison...

...Me encuentro en mi casa -para ser más exactos- en mi habitación.

Con respecto al tal Lup, a lo que me respondió el día anterior, no fue nada, sólo puso: "Lo siento, no puedo. Sabrás quién soy, y por lo tanto no quiero que lo hagas".

Gilipollas.

¿Quién se cree? ¿Justin Bieber?.

Decidí no responderle, y eme aquí... Acostada perezosamente en mi cama.

Papá y mi hermanito Oliv, me dejaron en la completa soledad; se fueron a casa de mi abuela a visitarla, y a mí me dejaron.

Igual, me vale. Y sólo porque yo no estaba en casa y no me preguntaron, sólo me dejaron una nota.

¡Una miserable nota!.

¡¿Qué clase de personas son?!

Tú familia, querida

Me recordó mi conciencia.

Aveces suelo querer ser Dory.

¿Saben? La de, Buscando a Nemo.

Bueno, ella. Me gustaría olvidar las cosas de a rato, los malos ratos que paso, las locuras que suelo cometer, la...

... La muerte de mamá... La extraño tanto. La vida sería tan fácil con ella aquí conmigo. Extraño tanto sus abrazos, su voz que me calmaba tanto al dormir. Sus sabias palabras a la hora de aconsejarme.

Cogí la foto que reposaba en mi mesita de noche. Una foto en la que estoy junto a mamá... Ella con su maravillosa sonrisa... Esa sonrisa que siempre me animaba en mis malos momentos.

Me hice un ovillo en la cama, agarrando con fuerza el marco.

Lloraba, caían las lágrimas por mis mejillas, mojando el edredón, pero no importaba, seguían saliendo y saliendo... Gotas saladas brotaban de mis ojos color esmeralda, los mismos que ella tenía.

Cerré los ojos, sólo quería dormir.

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Notis:
Capítulo más corto de lo normal. Es que ya lo quería subir, y dejarle ese breve momento de drama.

Agradezco a aquellas personitas que se han tomado el tiempo de darle esas hermosas estrellitas a esta historia, ¡Se les quiere por más!!✨

Pequeña RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora