《2》

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~ Kazuha ~

Ya conocía un poco sobre este hospital debido a que venía durante las prácticas de estudiante, pero había cambiado la estructura de ciertos puntos; caminé con destino al comedor para servirme el almuerzo.

Yunjin llegaría luego de terminada su última cirugía, había visto lo increíble que era ella en su trabajo; se me hacía algo complicado ver esta faceta de ella estando en ese ambiente, yo conozco a la Huh Yunjin que ama escribir canciones y tocar el piano para mí, y a veces compartíamos recitales – solo para nosotras – en las que yo hacía mi ballet.

No creo que siga siendo la misma.

Es más, ni yo puedo reconocerme.

Mi mente divagaba un poco en aquellos recuerdos en los que compartíamos tardes estudiando, pero también ella tocaba su piano mientras daba vueltas por su sala, a Yunjin también le gustaba escribir bastante y me dejó ver algunas composiciones que tenía guardadas en su cuaderno.

Aquí esto sonaría como…

Y sus manos empezaban a soltar arte por donde lo mires.

En sus ojos se reflejaba su emoción.

Salí de mi ensoñación y vi a lo lejos como ella entraba con su traje quirúrgico color azul marino, para poder tomar su bandeja y sentarse conmigo; la veía demasiado nerviosa, pero feliz de vernos de nuevo.

– Me alegra que estés aquí – dijo mientras partía un trozo de carne – pensé que nunca volvería a verte, desde que te fuiste sin darme mucha explicación…
– Sinceramente tenía intenciones de venir a trabajar donde me formaron – respondí – pero en mis planes no estaba esto…

Hablamos de muchísimas cosas, desde algunos casos, así como mi vida después de la graduación, pasando por el abandono de nuestro arte por nuestra profesión, lo cual era doloroso para ambas ya que era parte de nuestra vida.

¿Recuerdas cuando tropezaste y te caíste en mi sala y rompiste una silla?

Yunjin ni me lo recuerdes…

Su risa, la extrañaba tanto.

Cuando tengas tiempo podemos ir a mi casa, tengo un piano ahí…

Vi sus ojos brillar al decir esas palabras, el intentar retomar su música y mi baile era un desafío para las dos, puesto que la vida que llevamos no nos permite tanto hacer lo que tanto nos gusta.

Está bien… ¿cuándo tienes libre?

Revisó su horario en el teléfono, viendo que en dos días iba a tener día de descanso, y coincidentemente yo también por lo que nuestro acuerdo quedó completo, además de intercambiar nuestros números de teléfono.

El día estaba por terminar, y una vez más nos volvimos a cruzar en el marcador de asistencia, despidiéndonos con aquella frase que adoptó como su marca personal.

¿Lista para irnos?

Nací lista.

Y yo solo quiero que los días pasen rápido.

Artsy dreams 《Shinez》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora