capítulo 13

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El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas medio corridas de la habitación, iluminando los espacios en sombras. Felix se despertó con un sobresalto, el corazón latiendo con fuerza en su pecho. En un movimiento brusco, se incorporó rápidamente en la cama, pero en su confusión, olvidó que estaba en la litera de abajo. Su cabeza chocó con el techo de la litera superior con un sonido sordo.

—¡Ay! —se quejó, frotándose la frente con los ojos aún entrecerrados por el sueño.

Encima suyo, escuchó una risa suave y, al levantar la vista, vio la cabeza de Minho asomándose por el borde de la litera superior, mirándolo con diversión. Minho estaba tumbado boca abajo, con los brazos cruzados sobre el borde de su colchón, observándolo con una sonrisa que parecía mezclar simpatía con algo de burla.

—¿Resaca, Felix? —preguntó Minho, con una ceja alzada y un brillo pícaro en los ojos.

Felix sintió un latido punzante en su sien, un dolor agudo que lo hizo cerrar los ojos con fuerza. Su boca estaba seca, su estómago revuelto, y un extraño gusto amargo le llenaba la lengua. Sí, definitivamente tenía resaca.

Mientras intentaba despejarse, imágenes borrosas de la noche anterior comenzaron a filtrarse en su mente. Recordó la fogata, las risas, el soju... y luego, el pasillo oscuro, las manos de Hyunjin sujetándolo, el calor de su cuerpo, el sabor de sus labios. El beso.

El beso.

De pronto, su estómago se retorció por razones que nada tenían que ver con el alcohol. Sus ojos se abrieron de par en par, y una sensación de pánico comenzó a subir por su garganta.

"¡Hyunjin!" pensó, escandalizado. Se levantó tan rápido de la cama que casi perdió el equilibrio, buscando desesperadamente con la mirada al otro lado de la habitación. Pero Hyunjin no estaba. La cama de Hyunjin estaba vacía, perfectamente hecha, como si nadie la hubiera usado.

Minho se rió de nuevo, esta vez con una clara insinuación en su tono.

—Tu novio y Jisung bajaron temprano —comentó, disfrutando visiblemente de la confusión y la incomodidad de Felix—. Si no te apuras, el autobús te va a dejar.

Felix se volvió hacia Minho, su ceño fruncido con frustración.

—¿Qué pasa contigo, Minho? —bufó, con el tono irritable de quien acaba de despertarse con una resaca que podría derribar a un elefante.

Minho se encogió de hombros, todavía con esa sonrisa juguetona en su rostro.

—Nada. —Se acomodó de nuevo en su litera y añadió, como si fuera lo más obvio del mundo—. Yo vine en auto.

Felix se quedó quieto unos segundos, asimilando las palabras de Minho mientras el eco de su propia confusión resonaba en su cabeza. "Tu novio", había dicho. Como si fuera una broma, pero eso solo intensificaba la incomodidad que sentía.

La realidad del beso de anoche le golpeaba con fuerza, y un calor incómodo subía por su cuello hasta llegar a sus mejillas. Sus pensamientos eran un caos; dudas, miedo y vergüenza. No sabía cómo enfrentarse a Hyunjin después de lo que había pasado. ¿Le había besado porque había querido? ¿O solo por el efecto del alcohol?

Felix caminó torpemente hacia el pequeño espejo en la pared, sus manos temblorosas mientras se frotaba la cara. Se veía tan mal como se sentía. Su cabello estaba desordenado, sus ojos hinchados, y las marcas en su piel revelaban el cansancio de la noche anterior. Mientras observaba su reflejo, el recuerdo del beso volvió con más fuerza: el calor de Hyunjin, su perfume envolvente, el deseo latente que había sentido en ese instante. Se llevó una mano a los labios, recordando la suavidad de los de Hyunjin contra los suyos. Fue él quien había hecho el primer movimiento, y eso lo hacía sentir aún más nervioso.

Tras Bastidores || hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora