Capítulo 15: Atención.

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Las costumbres nunca le importaron, pero tratándose de las costumbres de los normies, ella podría abogar por un machete en su devota democracia. No era de esperarse que la corte diera aviso a la dirección de Nevermore por una condición hacía su apellido.

—Me han contado que has cometido severas faltas a la ley; creo que en primeras instancias atacaste a unos chicos con pirañas, poco después asesinaste a... —guardó silencio— no tiene mucha importancia quien fuera —sonrió— me gustaría saber cómo te sientes al respecto. ¿Notaste alguna falta grave en tus emociones?

La importancia que a ella le daba era tan nula para permanecer estática. No necesitaba hablar con cualquier psicóloga.

—Merlina, necesitas hablar para avanzar —mencionó.

—No me interesa responder —le simplificó—. No me interesa siquiera estar aquí.

—No se trata de sí te interesa o no. La corte me dio estrictas instrucciones para tratar el trastorno por el cuál estés atravesando, debo guiarte y tratar de designar una pequeña salida a tus años en prisión —explicó.

Eso sonaba tan razonable para sus interiores... Sí no fuera por los apellidos que reconocía en esas palabras.

—No necesita darle cuentas a mis padres para evitar mí muerte en prisión —abogó.

—Me parece que debe ser así, a menos que quieras pasar el tiempo que la corte estableció en un manicomio —respondió.

—No sería tan malo, al fin y al cabo, ahí es dónde acabarán todos los Addams que son conocidos —inclusive, ese había llegado a ser el castigo del tío Lucas, pero los millones contaban más.

Ella negó con la cabeza.

—Merlina, es mejor que cooperes con esto, porque no voy a llegar a amenazas, no más de las que he mencionado. Así que, si quieres continuar escribiendo datos acerca de los licántropos, es mejor que hables —pidió.

Sus ojos parecieron reaccionar ante sus palabras. ¿Qué sabía esa psicóloga más allá de sus cajones?

—¿Desde cuándo las instituciones recurren al espionaje sin consentimiento? —preguntó.

—Desde que tus aposentos fueron propiedad de Nevermore —respondió— pero no debes preocuparte, tus trampas sí le dieron una incapacidad a los trabajadores —le consoló—. Ahora, me gustaría saber, ¿tú fascinación por los licántropos tuvo algo que ver con tus sentimientos negativos hacía tu víctima, o fue por pura sádica tuya?

—Mis investigaciones no tienen nada que ver con mis acciones —respondió— lo único que me gustaría saber es, ¿qué destaca de su trabajo de espionaje?

Ella sonrió con perspicacia. Sabía lo que hacía.

—Voy a responder cuándo tú respondas mis preguntas anteriores —ofreció.

Merlina guardó su sarcasmo y fijó su mirada en la contraria, iba a caer en su juego.

—Necesitaba una excusa para deshacerme de los fastidios nucleares del cementerio —respondió.

—Y entre esos fastidios, como los llamas, ¿se encuentra Enid Sinclair? - insinúo—. En tus notas informativas repites el mismo nombre, y por lo que he visto, has destacado una transformación que es inusual en un licántropo... Es cómo una fase que la mayoría de licántropos no atraviesa por su centración en otros aspectos —sonrió— te he respondido —aseguró.

—Lo hizo a la mitad —lo contrario.

—No puedo mirar más en esos escritos, ya que no hay más potencial por examinar —explicó.

[WEDNESDAY] Inner wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora