Capítulo 17: Menta.

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Ella estaba sentada con su típica leche de fresa, borrosa ante la pérdida de interés sobre los demás que parloteaban de los nuevos chismes qué, parecían tan jugosos e irresistibles... Simplemente sorbió de su desayuno, no estaba preparada para continuar difundiendo más chismes. Quizás sí fuera Spectra Vondergeist podría atravesar las paredes y llegar a escuchar con más claridad los mismos. O quizás su falta de interés no fuera la razón de su tormentosa mente.

Los últimos días parecían girar en un montón de confusiones. ¿Qué diablos estaba sucediendo en su vida para que sus intereses no fueran tan fugaces cómo el año pasado?

Sin la mención del dolor de cabeza que hacía de la criatura que había aparecido en el altavoz de sus oídos... Esa cosa no paraba de gritar cada noche, cada que Merlina no llegaba a dormir... Deseaba cortarse las orejas, pero estaba segura de que eso no impediría que dejará de escucharlo.

Aliento de menta esto, aliento de menta aquello, corre, es aliento de menta, espera, aliento de menta no está... Ella necesitaba un descanso.

Con el suspiro necesario, recostó la cabeza sobre sus brazos cruzados, esperando que la campanilla se escuchara y fuera corriendo a su próxima clase. En un parpadear, miró algo extraño en el ambiente... ¿Qué hacía Bianca con un cubo enorme? Y sobre todo, ¿qué contenía ese cubo?

Perspicaz, siguió su rastro, hasta acercar sus voces en una petición:

—¿Puedo ayudarte en algo?

Bianca se espasmo en su sorpresa.

—No —respondió inmediatamente.

—Insisto, ese cubo parece muy pesado.

Ella suspiro y señaló el fondo de aquel sitio libre.

—Hay otro cubo por la fuente principal, llévalo al aula de esgrima —pidió.

—Bien, te veré ahí —le respondió con una enorme sonrisa.

Enid no tardó en encontrar el cubo, pero al tomarlo sospechó de su contenido... Parecía algo líquido, no tan espeso como debería estar alguna sustancia sospechosa, pero lo encontraba aún más controversial cuando al llegar a su destino, encontró más cubos de esa índole, los cuales eran colgados por Divina en la entrada principal del aula.

Pareciera ser alguna clase de broma, cómo la del año pasado con los de nuevo ingreso, y la pintura negra que les dejó plasmado aquel color durante meses. Y sí esa era otra broma, no sabría con quienes eran, aún no conocía a los de nuevo ingreso.

Al entregar el cubo a la sirena, ésta quitó aquella tapadera, descubriendo un color rosa... Pero las bromas eran con un color negro, uno que fuera molesto para los de primer ingreso, a menos qué...

—¿Para quién será la broma? —insinúo.

—Es una sorpresa, además, sé que irás a difundir de inmediato para quién será —respondió.

—¿Cuándo te he fallado en alguna broma? —insistió.

—Es irónico, porque fallaste en la burla que sucedió ese día de esgrima, cuando la enana atacó a tú novio —recordó.

—Puedo ayudarte con las burlas, cuando no sean en mí contra —con una media sonrisa, le miró— a ti tampoco te gusto cuando te quitaron el título innato de "reina", ¿recuerdas?

Bianca asintió con la cabeza, ella tenía un punto.

—Enid, sí realmente quieres ayudar, te vas a alejar; no vas a difundir más tontos chismes —sentenció.

—Pero sí tú amas los chismes... Bueno, cuando no son tuyos, claro —río—. Sabes, a veces me parece lastimoso que nadie hable de la reina de Nevermore —atendió.

[WEDNESDAY] Inner wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora