Planear un asesinato no es tan sencillo cómo parece: ese día la cabeza de la heredera Addams calculó exactamente el suceso que solucionaría sus problemas; pero antes, debió actuar con precaución.
Dentro de uno de los casilleros de Nevermore, su hermano se escondía de todos esos imbéciles. Ella abrió la puertecilla, dando cabo a una deshonra en persona:
- Oh, eres tú - suspiró.
- Deberías cumplir tu palabra hacía padre - le recordó.
Pericles simplemente reaccionó con una mueca en el rostro; él sabía que le había prometido a su padre defender su título, aunque él fuera tan amable para darle el ánimo de no repetir sus pasos, no del todo.
- Con esos mastodontes rondando es complicado. Son más fuertes, no hay mucho más que explicar - se explicó en una lengua incoherente.
Merlina miró a su alrededor, no había ningún muro en el infierno. Sin importancia, tomó del brazo a su hermano hasta el final de aquel pasillo.
- ¿Ahora me harás sufrir? - le preguntó.
- Solucionaré nuestros problemas - le respondió.
Eso le dio el ánimo que necesitaba. Sin preguntar más, siguió a su hermana hasta las afueras de Nevermore; dentro de aquel borde, no tuvieron problema en tomar un bus hacía Jericó, donde todo el plan maquiavélico iniciaba.
- Sabes que hacer - le dijo a su hermano.
Pericles sabía a lo que se refería: consternado, intentó atemorizar a las personas a su alrededor, causando un auge que le dio el tiempo suficiente a la morena de tomar uno de los autos más cercanos. Para su suerte no debió mezclar una serie de cables para hacer andar ese viejo auto.
Sin darle tiempo a los pueblerinos, Pericles se lanzó hacía aquel auto a toda velocidad; entrar no fue problema, mucho menos deshacerse de la policía que los perseguía.
- No pensé que ibamos a iniciar el curso de está manera - confesó Pericles.
- No es todo - advirtió.
Con aquella perversa sonrisa, Pericles comprendió el punto.
- ¿Quién es la víctima? - le preguntó.
- Depende de la cuchilla que llevas escondida - le respondió.
Él asintió con la cabeza, con una idea de lo que debería hacer: con esa agilidad y flexibilidad con la que se escondía por todo Nevermore, salió del auto y saltó en caza hacía esos policías que habían suponido perdidos.
Merlina no se preocupó por su hermano; aunque él fuera la persona con más chances de no defenderse entre excluidos, sabía perfectamente que al tratarse de presas era un mundo diferente, y no se equivocaba: tras de ella escuchó la enorme explosión que él provocó, con las simples piezas metálicas volando por todos lados con unas pequeñas mechas encima. Y con esa velocidad, en poco tiempo Pericles se encontraba de nuevo en el asiento del copiloto.
- ¿Ahora me dirás quién es la víctima? - le preguntó.
Era su palabra.
- Loos Merck - respondió - de traje y con ansias de tocar menores de edad - mencionó.
- Oh, ese tipo que inauguró la estúpida estatúa de Crackstone - recordó.
Sin más palabras que compartir, ambos se dirigieron hacía el siguiente pueblo, notando la noche caer ante ellos. Sin importar el frío abrazo de la noche, ambos continuaron su trayecto hacía donde se encontraba ese tipejo.
En su camino, Merlina recapituló su plan una y otra vez, la manera en que mataría a ese tipo; pensar en el rostro asustado de cada alumno de Nevermore sería una dicha. Aunque, en sus adentros, le preocupaba algo... ¿La idea de mostrar un asesinato a Enid, era lo mejor?
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[WEDNESDAY] Inner wolf
Fiksi PenggemarElla nunca comprendió porque era diferente a los demás; odiaba el hecho de no haber logrado su entera transformación. No era un lobo normal. Toda su vida conservó aquellas garras coloridas, confiando en que su transformación llegaría en el momento i...