"Just do it, just do it, don't wait"
- Thunder by Lana del Rey -Mientras las gotas caían por la ventana, un sentimiento de ardor llegó a mi corazón. Habían pasado dos meses desde la boda de Emersyn y Aegon. Dos meses en los que lo único que escuchaba era la manera en la se preparaba mi boda.
No me gustaba admitirlo pues era obvio que estaba mal, pero estaría más tranquila si tan solo el encanto de esa unión hubiera durado más. Todas noches me era imposible dormir, solo pensaba en lo que pasaría ese día.
No era estúpida, lo sabía. Sabía que tan pronto como el Septón me declarara como la esposa de Aemond, igual que una sentencia de muerte, estaba acabada.
Por otro lado, había un rostro que aparecía alegremente en mis sueños, uno que conocía muy bien pero que no me hacía para nada feliz verlo. Cregan seguía al otro lado de Westeros, una parte de mí pensaba que estaría enojado, que al enterarse de tal noticia se pondría en mi contra.
No lograba entender que me pasaba cuando estaba cerca de él, todo había sido demasiado rápido pero sabía bien que eso era algo que no había sentido con nadie. Mi corazón latiendo a toda velocidad como si hubiera corrido por kilómetros, mi voz temblorosa y mis mejillas ardiendo.
Extrañaba eso, lo extrañaba a él, de cierta manera. También extrañaba mi hogar, comprendía lo que habían hecho pero estaba demasiado triste y nostálgica como para seguir enojada con mi madre y Daemon.
Solo quería regresar al momento en el que decidí salir a volar en mi dragón y llevé a Luke conmigo, deseaba haberle dicho que no, tal vez de esa forma nada de esto hubiera pasado. Pero tampoco habría conocido a Cregan... Y a Sara, claro.
Los rayos de la luna que bailaban en mi rostro haciéndome reír, podía sentir su calor arropar mi piel después de mucho tiempo. Mis pies colgaban de la ventana, podía ver el lejano suelo que me estaba debajo pero no importaba. Estaba sola después de meses.
— Dulce madre, te ruego que me ayudes a salir de este lugar. - susurré para mi misma mientras la cera de la vela que sostenía caía por mis antebrazos. - Llévame hasta donde pertenezco.
Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos, eran ligeros y lentos, no pertenecían a ninguna persona que conociera. Mi mirada viajó hasta la puerta de madera, era tarde, muy tarde como para que alguien se encontrara ahí.
Dejé la vela en su lugar y bajé de la ventana. Al momento de sentir el frío suelo debajo mis pies, una corriente avanzó por mi espalda erizándome por completo.
Recorrí la corta distancia que había y abrí lentamente la puerta. Una mata de cabello oscuro y unos ojos del mismo tono me saludaron.
Stannis Strong.
Se veía más cansado que la última vez que lo vi, lo cierto es que no me lo había vuelto a encontrar desde la boda. ¿Qué hacía en mi habitación a esas horas?.
— Princesa. - saludó.
— Ser Strong. - hablé. - ¿Qué lo trae por aquí?.
— ¿Podemos hablar?. - susurró.
Lo miré unos segundos, no había motivos para que estuviera sucediendo eso pero había algo en mí que me decía que debía hacerlo. Asentí lentamente y me hice un lado para dejarlo pasar.
Su mirada era firme, estaba decidido a algo, aunque no sabía a qué. Caminó hasta la pequeña mesa que había enfrente de la chimenea y comenzó a hurgar en el bolso que traía consigo.
Un amarillento pergamino y tinta aparecieron y fueron dejados sobre la madera. Me dirigí hasta donde estaba con un aire confuso y tomé asiento.
— Esto es para que pueda escribirle. - habló después de un rato.
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THE WINTER IS COMING | CREGAN STARK FANFIC
FantasyAlyssa Velaryon era una princesa tratada como una niña debil, siendo la única con sangre Targaryen que prefería leer a volar en su dragón o que era amiga de la princesa Helaena, su tía, hija de Alicent Hightower y el rey Viserys. Sin embargo la prin...