028.¡Mi novia!

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- Primera y última vez que me subo a un carro en el que Daniela vaya manejando. - Escandalizó Mateo cuando entró a la casa del Piojo.

- ¿Por qué? - Le preguntó el Pocho.

- Pinche morrilla, iba como a ciento ochenta y todavía de pilón se pasó como tres topes. - Dijo Yael asustado.

- Ya me sentía que iba a ver a Jesús. - Le siguió Armando.

- No aguantan nada, iba a ochenta. - Me excusé.

- La neta Daniela, mira como traes a los kasimeritos, los traes bien asustados.

- Bueno, sí, pero es que el carro de Alan está muy aceleradito y yo sentía que no iba tan recio.

- Nombre y luego también arrevasó a un camión arenero, Dioscito nos ama y por eso seguimos vivos.

- Agradezcan que fui por ustedes, de haber sabido nomás les hubieramos llevado un taquito. - Les dije.

- Ay, muchas gracias Dani danonino, te queremos mucho, nunca cambies. - Me dijo Mateo y los tres se acercaron abrazarme.

- Ya mucho abrazo, déjenla. - Alan los quitó.

- Es que es nuestra amiga.

- Pues sí, pero ahora ella es más que eso para mi.

- Soy tu novia. - Le dije riendo.

- ¡Mi novia! - Afirmó. - Eso suena mucho mejor.

- Pues si, pero antes ni decías nada. - Le dijo Yael.

- Es que como antes no eran nada, se tenía que tragar sus celos pero ahora que ya son novios pues si puede sacarlos a la luz. - Explicó el Tiba riendo.

- Que milagro, ya no te habíamos visto. - Me acerqué al Tiba.

- Estaba enfermo, pero aquí andamos. - Sonrió.

- ¡Ya llegó por quien lloraban! - Llegó el pollo con sus hijos y su esposa.

- Uy, pollitos en fuga. - Bromeé cuando vi que sus hijos comenzaron a correr hacia los otros niños. - ¡Ivanna! - No la había notado y estaba con las otras criaturas jugando. - Hola. - Me abrazó. - y hola a ustedes también pollitos. - Saludé a los hijos del pollo. - Tengan. - Saqué dinero de mi bolsa. - Su domingo. - Les di dinero a todos. - Mariela, ¿Y el bebé? - Me acerqué a ella.

- Estaba arriba dormido. - Sonrió. - A este paso vas hacer la favorita de los niños, por darles dinero. - Rió.

- Eso es lo que quiero, ten. - Le di dinero. - Este es para pochito. No me olvide de él.

- Gracias. - Rió. - Sin duda si serás la favorita de ellos.

- Yo ya estaba medio dormido y nomás leí "carne asada" y me levanté a madres con los niños . - Habló mi hermano entrando al patio. - Hola tú, ya ni sabía ni como eras. - Habló sarcástico.

- Ay, es que me perdí.

- ¡Oila! - Gritaron todos.

- Cállense, llegando a casa te platico. - Le dije y saludé a mis sobrinos.

- Hola hijos del mal. - Los abracé. - Tengan. - Les di dinero ahora a ellos. - Su domingo, pero shh. - ¿Si a los otros niños les di por qué no les iba a dar a ellos?

- ¿Por qué a ellos sí les das dinero y a nosotros no? Nosotros somos pobres. - Fingió tristeza Yael.

- Ay no inventes, ellos son niños.

𝗠𝗔𝗗𝗢𝗡𝗡𝗔-𝐀𝐥𝐚𝐧 𝐌𝐨𝐳𝐨-¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora