Parte 93

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Al decir eso Pipe me agarró de la cintura alzándome hasta llevárme a cama, ahí me dejó ya solamente podía verlo a los ojos y preguntarme ¿Qué es lo que sigue?

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Advertencia: en este capitulo se va a hablar del consumo de alcohol y drogas, no lo estoy normalizando es solo para darle picardia al capitulo, tambien va a tener escenas +18, si no te gusta este tipo de contenido , te recomiendo saltarte el capitulo o lo escrito entre 🔥🔥

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Pipe me llevó de vuelta a la cama, su respiración agitada combinaba con la mía. Sus ojos brillaban con una mezcla de desafío y deseo, y por un segundo sentí que el control que intentaba mantener podía desvanecerse. Pero no lo iba a dejar tan fácil. No esta vez.

Laura: —¿Te gusta jugar, no? —dije, con una sonrisa traviesa mientras mi cuerpo respondía a su cercanía.

Felipe: —Te lo advertí —dijo, su voz ronca y firme—. No me provoques si no estás dispuesta a soportar las consecuencias.

Me miró con esa intensidad que siempre me hacía arder por dentro. Pero hoy yo era quien tenía las riendas. Con un movimiento rápido, lo empujé hacia la cama y me monté sobre él, controlando cada uno de sus movimientos. Sabía que, en el fondo, eso lo volvía loco. Esa pequeña lucha de poder era lo que mantenía nuestra pasión encendida.

Laura: —Hoy no hay consecuencias que no pueda manejar —le respondí, bajando mi rostro hasta estar a centímetros de sus labios—. Vamos a ver quién aguanta más.

Me incliné hacia adelante, recorriendo con mis labios su cuello, dejando pequeños besos que le arrancaban suspiros. Sentí cómo su cuerpo se tensaba bajo el mío, pero no estaba dispuesta a detenerme aún. Quería más. Quería verlo rendido a mis pies, tan desesperado por mí como yo por él.

Felipe soltó un jadeo cuando mis manos volvieron a recorrer su cuerpo, lento, saboreando cada reacción. Su control comenzaba a desmoronarse y yo lo disfrutaba, cada segundo de su desesperación aumentaba mi propia excitación.

Felipe: —Laura... —gimió, intentando retomar el control, pero esta vez era yo quien dominaba el juego.

Sonreí, viéndolo retorcerse bajo mi toque, y supe que estaba exactamente donde lo quería. Pero no sería tan fácil.

Su cuerpo temblaba bajo mis manos, pero aún no estaba lista para rendirme. Quería que sintiera esa misma desesperación que yo había sentido antes, esa urgencia, ese deseo ardiente. Así que me incliné sobre él y, con una sonrisa desafiante, susurré en su oído:

Laura: —Todavía no. Te prometí que esta vez yo mandaba, y no voy a detenerme hasta que supliques.

Felipe me miró con esos ojos encendidos, esa chispa de orgullo que siempre lo caracterizaba. Estaba acostumbrado a tener el control, pero ahora veía cómo lo perdía poco a poco, y yo disfrutaba cada segundo.

Me deslicé hacia abajo, dejando un rastro de besos por su torso, sintiendo cómo su respiración se aceleraba. Mi lengua jugaba con su piel, provocándolo, sabiendo que estaba cerca de su límite. Pero yo no iba a detenerme. No todavía.

Felie: —Laura... —gruñó, su voz ronca, cargada de deseo—. No me hagas esto.

Laura: —¿No puedo? —respondí con una risa suave mientras lo miraba desde abajo, mis labios apenas rozando su cadera—. Pensé que te gustaban los juegos, Felipe.

Entre tus Brazos *Felipe G Otaño*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora