Capítulo XVIII

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«Y he llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias también»

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«Y he llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias también».
-Mario Benedetti


Han pasado tres semanas, sí, tres semanas. Me he sumergido en el baile, en mis estudios y en mi trabajo. Tres cosas totalmente difíciles, pero no imposibles. En una de mis presentaciones de baile, di lo mejor de mí, y para mi sorpresa, Brad estuvo ahí apoyándome. Después de lo que pasó aquel día con Lina, no quise pensar más en éso.

Ahora mismo estamos en el departamento; los chicos decidieron salir a comprar algunas cosas. Sin embargo, he notado que Brad se ha comportado de manera un tanto extraña últimamente. Siempre habla sobre la distancia. Le he preguntado qué le pasa, si tiene algún problema, pero desvía el tema con una sonrisa o cambia la conversación. Es frustrante no poder ayudarlo.

Por otro lado, Leire ha cambiado un poco; ya no es tan amargada como solía serlo. Parece que ha encontrado algo que la hace feliz. Y Julia... bueno, Julia está saliendo con Matteo. Siempre me cuenta con lujos y detalles cómo le va con él; parece que están disfrutando mucho de su tiempo juntos.

-Estás pensativa-me dice Brad dándome un vaso con jugo fresco.

Acepto la bebida y le dedico una sonrisa tierna. Se sienta a mi lado en el sofá y coloca una película en el televisor. Mientras me acerco a él, pasa su mano por mi hombro y coloca mi cabeza casi en su pecho. Aún siento esos nervios y mi corazón se acelera cada vez que hace eso; es como si el mundo se detuviera por un momento.

-Solo pienso cosas buenas-le respondo con sinceridad.

Él comienza a acariciar mi cabello mientras vemos "Amor a medianoche", una de esas películas que me han hecho llorar infinidad de veces. Es esa historia que conoces de memoria, pero aún así no puedes evitar verla solo por el placer del sufrimiento emocional que te provoca.

-¿Como cuáles?-me susurra, manteniendo su mirada fija en la pantalla.

Suspiré y acaricié su mejilla mientras lo observaba; estaba concentrado en la película, pero sabía que me prestaba atención.

-Como las preguntas que me has hecho estos días-le dije suavemente.

Brad desvió la mirada del televisor hacia mí, frunciendo el ceño como si intentara recordar lo que había preguntado.

-¿Preguntas?-repitió desconcertado.

-Sí, Brad.-asentí-. Me has estado preguntando si puedo viajar.

Él elevó ambas cejas y volvió a fijar su vista en el televisor con aire pensativo.

-No sé... Quizás quiero que me acompañes a todas mis giras.

Me levanté de golpe, mirándolo con los ojos entrecerrados como si lo que acababa de decir fuera un chiste malo, pero su rostro era completamente serio.

Una Melodía©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora