Capítulo XXIII

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-¡Joder, Kyler, deja de agobiarme!-gritó Leire, exasperada, mientras la tensión en la sala del departamento de los Invencibles aumentaba. Era un lugar vibrante pero caótico en esos momentos.

Kyler estaba frustrado, acomodando su equipaje con una mezcla de desesperación y ansiedad. La maleta no era suficiente para todas sus cosas, y eso lo tenía al borde.

-Leire, no seas tan mala...

-Kyler-murmuró su nombre con evidente molestia.

-Ya, está bien-respondió frustrado, aunque una sonrisa se le escapó a pesar de todo.

A mi lado, Brad estaba concentrado en desenredar unos cables que parecían tener vida propia. Su expresión era de pura concentración; varios mechones de cabello caían sobre su frente y su ceño fruncido mostraba su dedicación a la tarea.

-Siento que voy a perder la paciencia-me dijo en un tono bajo.

Le sonreí, ignorando las súplicas cada vez más insistentes de Kyler hacia Leire. La situación se tornaba más cómica que tensa.

-No es tan difícil, Brad-le dije con una sonrisa burlona-. Debes estar acostumbrado a esto después de tantas giras.

-No, esto se lo dejo a las asistentes de Leire. Pero como Kyler siempre se mete con ellas...

Kyler hizo una mueca al escuchar eso, claramente ofendido por la insinuación.

-Capullo-le respondió con un tono desafiante.

Brad sonrió burlón ante la reacción de Kyler.

-Brad, necesitamos eso rápido; ya deberíamos tener todo organizado.-le dijo Matteo, como si fuera una orden más que una sugerencia.

Brad le fulminó con la mirada, claramente molesto por el tono imperativo.

Matteo y Brad últimamente no se estaban llevando muy bien; siempre parecían pelear por todo. Aunque había que admitir que cuando Matteo recordaba lo del accidente de las carreras, su humor se volvía aún más sombrío.

-¿Y qué haces tú?-le devolvió Brad con ironía a Matteo.

Matteo suspiró y miró a Julia, quien ya estaba terminando de preparar los trajes de los chicos.

-Oh, tenemos estilista profesional-le dijo Kyler a Julia con un tono sarcástico pero divertido.

Julia le sonrió burlona y continuó con su trabajo mientras el caos continuaba alrededor. La música que sacaron los Invencibles había sido un éxito rotundo en todos lados; sonaba en todas partes y eso me llenaba de orgullo por Brad y su talento.

De repente, Leire exclamó con frustración:

-¡¿Dónde carajos está Dom?!

Todos se sobresaltaron ante su grito.

Una Melodía©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora