Capítulo 5

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—Te ves hermosa.

Fueron las primeras palabras de Ignis cuando me vio al cruzar por la puerta.

Sonreí agradecida por sus palabras pero él tampoco se quedaba atrás.

—Mi escolta también está deslumbrante.

Ambos nos reímos ante nuestras palabras.

El gran salón lo había visitado un par de veces pero poco más.

Había invitados por todos lados, mi peinado era mi cabello suelto peinado hacia un lado.

Ambos llegamos con el resto de sus amigos, Gladiolus iba con una joven que se parecía a él y a su lado estaba Prompto que al verme se quedó completamente callado.

—Creo que le comiste la lengua al ratón —fueron las palabras de Ignis las que me hicieron reír.

—Un placer, soy la hermana de Gladiolus, Iris.

—Un placer, Kaira.

Ambas nos dimos la mano con una sonrisa.

—¡Su Majestad Regis Lucis Caelum, está entrando!

Todos los presentes nos inclinamos para recibir al rey junto a su hijo y su prometida, Ravus también estaba ahí junto a ellos, toda la realeza junta.

Sephiroth por su parte se encontraba en la parte de atrás de todos, vigilante buscando algo hasta que se paró en mí, sonreí a su presencia pues tenía que hablar con él.

Fue Noctis y Luna quienes abrieron el baile real.

—¿Le gustaría bailar? —Ignis extendió su mano la cual tome con gusto.

Sus pasos fueron elegantes logrando que mi vestido destacara entre las demás parejas.

—¿No te molestan la miradas en tu espalda? —aunque su semblante estaba tranquilo se escuchó levemente molesto.

Las personas hablaban más de lo que deberían, sobre todo si no estabas siempre en un ambiente tan hostil.

—Claro que no, este vestido el cual estas logrando que luzca....

Me separe para dar una vuelta dejando que mi vestido flotara.

—Deja ver mi belleza.

Una sonrisa comprensiva se posó en sus labios.

—Estoy de tu lado, independiente de que seamos pareja el día de hoy.

Me sorprendieron sus palabras cuando termino la pieza ambos nos inclinamos, su mano sostuvo mi mano mientras caminábamos de regreso pero el príncipe de Niflheim se acercó.

—¿Me permite un baile, señorita Ceryra?

La voz fuerte de Ravus se escuchó entre el cuchicheo de los presentes, no podía negarme.

—Por supuesto, Su Alteza.

La música comenzó y la miradas de todos se intensificaron, me sentía como un buen juguete a su par.

—No pareces estar feliz a mi lado —sus palabras me llamaron la atención pero no contesté—, también me enteré de que el matrimonio con Ignis no se llevara, ¿puedo preguntar por qué?

Observe sus ojos, eran impresionantes e imponentes, podía decir que me sentía un poco pequeña frente a él.

—La condición para casarnos es que forme parte del ejército, por desgracia para sus padres, no voy a alistarme.

Mi voz suave resonó a nuestro alrededor mientras girábamos.

—¿Por qué no entras bajo mi mando? —preguntó mientras se movía ágil por el salón.

Entre dos historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora