Capitulo 8: Connaître

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Para Nahoya, fue sumamente extraño aquél tipo de interacción, pero los ojos entre ambar y amarillo del contrario le resultaban fascinantes. El chico del cascabel no desvió la mirada en ningún momento, simplemente se acomodó mejor en su lugar como esperando a que el gemelo le dijera algo al respecto pero, eso no sucedió.

Nahoya cayó en cuenta que debía acomodar las sillas, por lo que tropezadamente y evadiendo en esta ocasión la mirada exclamó desde su lugar.

─ Tengo que acomodar las sillas de aquí. ─

El chico con cabello negro y amarillo parpadeó un par de veces. Se levanta de su asiento y, como si nada, comenzó a ayudarle. A Nahoya aquello se le hizo de lo más extraño ¿Como por qué aquél sujeto le ayudaría sin conocerse? No reclamó nada, igual la ayuda le iría más que bien para volver a casa temprano.

Mientras las sillas y pupitres eran movidos por ambos, finalmente el chico extraño habló.

─ ¿Te castigaron, eh? ¿A qué se debe? ─

Las preguntas le tomaron por sorpresa, demasiado personales a su gusto para ser de alguien que no tenía ni idea de quien era.

─ Agarré a golpes a un idiota que también me tomó a golpes. ─ Exclamó.

Una risotada salió del chico, bastante divertido por la respuesta que le había dado, Nahoya estuvo a punto de reclamar, si no fuera por la escena que tuvo de por medio: como un chico muy bueno, su sonrisa si se ponía a pensar un momento era muy agradable y bonita, no tuvo de otra más que fruncir el ceño.

─ Ya veo, lo siento, no queria reirme así. Me llamo Kazutora, soy de segundo año. —

─ Te la pasaré esta vez solamente porque me estás ayudando en lugar del imbécil que debería hacerlo. Yo soy Nahoya de primer año. ─

Mirada de Kazutora fue a medias a ver el rostro de Nahoya, elevando suavemente las cejas al recibir aquél comentario, con suave sonrisa plasmada sobre sus labios por tales atrevimientos que se había tomado Nahoya en su comentario.

─ Nahoya, entiendo. Me resultas una persona agradable, aunque muy explosivo ¿verdad? ─

Mientras delizaba una de las bancas y observaba cuantas eran las que faltaban, Nahoya se señaló con el pulgar.

─ Solamente con quien se lo merece ¿De acuerdo? Las personas suelen fastidiar un poco, en particular los imbéciles creídos como el idiota de Ran Haitani. ─

En cambio, Kazutora terminó de acomodar una de las bancas al escuchar el nombre que había salido de labios del chico. Se detuvo unos segundos para agregar algo con ese comentario.

─ Ah, Ran Haitani. Lo he visto, a mi parecer también es un idiota. ─

Unos cuantos segundos ambos se quedaron callados, hasta que, por el comentario tan serio hizo que ambos soltaran varias risas; era imposible no estar de acuerdo con ello. Aquello ocasionó que el de cabellos naranjas se detuviera unos segundos a pensar en cómo se sentía: se sentía muy cómodo, quizá por primera vez había hecho un amigo con el que compartiera bastantes cosas.

Terminaron de acomodar lo del salón. Kazutora tomó sus cosas, diciendo entre sus acciones.

─ Me gustaría ayudarte más pero tengo otras cosas pendientes. Esfuérzate, Nahoya. ─

Ademán con la mano hizo el menor, sonrisa de siempre mostrando en su rostro. ─ Hiciste más que el Idiotani, gracias por esa ayuda. ─

Kazutora correspondió la sonrisa, enseguida de acanzar así a la salida del salón, abriendo la puerta corrediza y cerrándola detrás de él. Sorpresa se llevó al ver a nada más ni nada menos que el mayor de los Haitani justo afuera de ahí, sin moverse, y ojos colocados sobre el de hebras bicolor.

─ Wow, no sabía que aparte de idiota también eras un chismoso, Haitani. ─

─ Sólo vine a ver que el pequeño chihuahua rabioso hiciera bien nuestro trabajo, no estaba en mis planes que hiciera amigos en mi ausencia. ─ Exclamó, el de trenzas, siendo así que puños mantenía apretados, cosa que llamó la atención de Kazutora ¿Estaba enojado por que hablaron mal de él o era por otra cosa?.

─ No te preocupes, lo hizo excelente, lo ayudé. ─ Sonrisa le dedicó, como de un ganador, enseguida que se fue de aquél lugar dejando a Ran en ese sitio, aunque le inquietaba que hubiese llegado así como si nada ¿A qué se debía tanto sigilo?.

Por otro lado Nahoya tomó sus cosas y salió del salón. Ran ya no estaba ahí, él nunca se enteró de su presencia después de todo. Siguió con los demás salones hasta acabar completamente el trabajo, agotado de todo ello.

Lo último que hizo fue ir a avisar al profesor, mismo que checó que todo hubiese sido realizado de manera correcta y de esa manera Nahoya pudo irse de ahí. En el trayecto a su casa comenzó a sentir su celular vibrar, sacándolo de su bolsillo mirando que se trataba de Souya, avisándole que había dejado parte de su cena dentro del microondas.

Respondió volviendo a cerrar el celular y guardándoselo en el bolsillo. El trayecto de regreso a su casa se le hizo de lo más extraño: todo el tiempo, sentía como si alguien lo estuviera siguiendo, pero cada que volteaba a mirar o se detenía a mirar no notaba nada raro ¿Quizá era fruto del cansancio? No lo sabía.

Tan pronto llegó a casa se dispuso a ir hacia la cocina, para de esta manera calentar su cena mirando el plato dar vueltas una y otra vez dentro del electrodoméstico. Por su cabeza se preguntó dónde estaría su hermano, quizá había salido, y es que notaba la casa muy silenciosa, iría a ver al cuarto de su gemelo que podría ser estuviera durmiendo ya.

El pitido del microondas le alertó que ya había finalizado su trabajo. Sacó el plato de ahí y comenzó a comer tranquilamente mientras saba un vistazo a su celular y las últimas cosas que había. No encontró nada interesante, terminó con ello, lavó su plato y cubiertos y fue así que subió tanto a su cuarto como al de su hermano.

Primero, fue a ver donde estaba su hermano. Tocó la puerta un par de veces esperando que contestara, pero no hubo nada, así que decidió abrir un poco la habitación para mirar adentro. Al dar un vistazo encontró a su hermano, tirado en el suelo con un par de audifonos, cosa que se le hizo muy extraña pero al abrir más encontró que tenía un invitado ahí: Hakkai, el mejor amigo de su hermano, quien también estaba tumbado en el suelo.

Nahoya entró por completo, haciendo que Souya elevara un poco la vista y se quitara parcialmente los audífonos de casco que llevaba puestos. ─ Ah, Naho, ya volviste, no te escuché llegar. ─

─ Lo noté, Sou, se me hizo raro que no hablaras y ya vi por qué ¿Qué hacen? ¿Cuando es que llegaste Hakkai? ─

─ Llegué por la tarde, tu madre me dejó quedarme en lo que llegaba Sou y luego llegó Sou y ahora estamos aquí. ─ Explicó el de cabellos azules con sonrisa de oreja a oreja, mientras Souya asentía suavemente.

─ Estamos escuchando sonidos de ballenas, es divertido ¿Te unes? ─ Dijo Souya, teniéndole un juego de audifonos de casco.

Nahoya no tenía nada que hacer, así que simplemente elevó los hombros y dejó sus cosas a un costado. Sujetó los audífonos que estaba conectados al teléfono del chico y simplemente se tumbó como el otro par, escuchando los sonidos de ballena: quizá algo como eso era lo que le faltaba para estar en paz.

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⏰ Última actualización: Sep 11 ⏰

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