Capítulo VI

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Capítulo 6 |"El piano" 🎹|

King.

Isla Queen / Reino Unido.

Una vez escuché que los recuerdos se evaporan con el pasar de los días, si te pasaron cosas malas a una edad temprana probablemente no lo recordarás.

No es cierto, Aleska tenía 4 cuando todo pasó, Lilith tenía 3, yo tenía 12 y Diego tiene 13.

Aún recuerdo la sangre salpicando, los monstruos acechando, las pesadillas constantes, los pensamientos suicidas. Tenía solo 12 cuando pase toda la mierda de mi vida, escucho cada palabra cuando ella no está cerca.

Cada palabra de odio y de desprecio, puedo sentir el gorgoteo de la sangre cuando mi padre murió. Tengo pesadillas con perder a Aleska cada día. Sus ojos abiertos, su garganta sangrante, sus manos estiradas pidiendo ayuda...La desesperación, sentir su pulso acabándose...

Mis dedos se deslizan por las teclas cómo uno solo mientras la triste y desesperada melodía me envuelve. Y entonces siento la presencia de alguien a mi lado.

Abro un poco los ojos sin dejar de tocar y los enfoco en Diego. Tenía una semana sin venir. Se sienta a mi lado en el largo banquillo sin decir nada y yo tampoco lo hago.

Lo entiendo, sé lo que está pasando, su mente es un caos, y es que la vida es así, simplemente algunas imágenes jamás se pueden borrar. Algunas imágenes se quedan en tu mente para siempre, te comen por dentro y no puedes escapar hasta que llega esa persona que te da luz.

Aleska es esa persona, para mí, para Diego, para todos.

—¿Aleska?—susurra.

—Bailando.

Asiente lentamente pero noto su confusión, quiere decir algo.

—Puedes decirme lo que quieras, lo sabes.

—Lo sé.

La puerta se abre y entra Aleixander en silencio. No siquiera lo miro, solo me enfoco en seguir tocando. Esto es lo único que me ayuda a desconectar, me lleva a recuerdos lejanos, recuerdos que normalmente ignoro pero que cuando tocó debo aceptar que pasaron, que en algún momento fueron reales.

Termino la canción y me quedo en silencio observando la conversación de Aleix y Diego.

—¿Seguro que estás bien? Estamos aquí si necesitas algo—le pregunta nuevamente a Diego.

El traga saliva y mira a la puerta para luego volver a vernos «No lo está».

—No...no lo estoy.

Comparto una mirada con Aleix y él lo envuelve en un suave abrazo.

—Aleska...se fué...y yo lo he intentado lo juro—murmura entre sollozos.

Lo comprendo, pero ¿cómo puedo explicarle a un niño que no hay nada que se pueda hacer para olvidar lo que pasó? ¿cómo puedo explicarle que la única forma en la que logras salir del pozo es encontrando un rayo de luz? Yo tuve suerte, la tenía a ella, peor él ¿a quién tiene?

¿Cómo podría decirle a un chico lleno de ilusiones que jamás volverá a ser normal? ¿Qué esto afectará toda su vida? ¿Cómo le podría decir que el tiempo no mejorará las cosas?

Casi quince años después de lo ocurrido y aún sigue doliendo lo que pasó, quince años y sigo sufriendo esperando el momento en que Aleska regrese para siempre y podamos ser felices.

Evito mencionar el tema, siempre lo hago, no mencioné nada al respecto de cuando entro a terapia y no lo hice cuando el fantasma regresó. Pero por dentro todo es un desastre caótico queriendo estallar. No puedo vivir sin ella, es algo que no ocurrió antes y que no va a ocurrir ahora, no soporto más sin ella, no soporto tener que ver al fantasma en los pasillos, haciendo sus estrictas rutinas. Odio no poder traerla de vuelta.

Black Queen [#3] [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora